Un ajedrez viviente con homenaje a los Hombres de Musgo de Béjar

La pasión por el ajedrez llevó a Ricardo Gil Turrión a promover una escuela municipal de ajedrez en Béjar con una amplia trayectoria y una buena acogida entre escolares y jóvenes.

Durante los meses del curso escolar, promueve la participación de los alumnos en torneos y competiciones con buenos resultados para la escuela y con renombre para la ciudad de Béjar. Y ahora, a mayores de las clases, prepara desde el verano un curioso ajedrez viviente que tendrá su presentación oficial en primavera, pero con la vocación de que se realice todos los años.

«La idea fue propuesta por Luis Francisco Martín, exalcalde, ya que estábamos en una fiesta de fin de curso y nos propuso hacer ajedrez en formato grande. Le dije que podíamos hacer un ajedrez viviente y me puse a ello», explica Ricardo Gil Turrión. Y por ser un ajedrez con figuras a tamaño natural, rendirá su particular homenaje a la leyenda de los Hombres de Musgo, que quedará reflejada en esa iniciativa gracias a que la mitad de las 32 piezas móviles, 16, serán verdes para poner el sello de la tradición bejarana y otras en el color blanco habitual.

Entre los materiales utilizados y financiados por el propio club, destacan los monos de algodón y poliéster, hojas de periódico junto con cajas de embalar electrodomésticos y guirnaldas de hiedra y musgo de plástico. Todas las piezas han sido tintadas en blanco y verde como homenaje a los Hombres de Musgo. A mayores, en cuanto al tablero, Ricardo Gil quiere por colocar 32 cuadrados en verde con césped artificial unidos a espacios del mismo color del suelo para conformar los 64 escaques, o casillas, del tablero.

La escuela irá incorporando voluntarios con conocimientos de ajedrez para que se muevan en un gran tablero previsto en el patio interior del centro de ocio en una partida viviente entre dos maestros como Amador González de la Nava, de Salamanca.

De este modo, los pequeños aprenden a jugar al ajedrez de una forma lúdica. En este sentido, Ricardo Gil Turrión valora las enseñanzas que esa disciplina aporta a los pequeños escolares. «El ajedrez te enseña a sobrellevar derrotas, a detenerse a pensar antes de actuar, a pensar bajo presión y, también, habilidades de agilidad mental, cálculo y comprensión lectora junto con el valor de cada pieza», explica.

Y con ese aprendizaje, los pequeños preparan con ilusión esa partida en vivo mientras desarrollan su capacidad de razonamiento y concentración.

Ricardo Gil Turrión comenzó en los colegios en 2016 y en ese mismo año nació la escuela municipal de ajedrez. Contó en sus inicios con tan sólo cuatro alumnos e impartía clase en su propio domicilio. Esa escuela ha ido creciendo hasta lograr la veintena de inscritos, con edades entre 5 y 18 años, en este curso 2025-2026, lo que ha llevado a Ricardo Gil a comprar un nuevo local con más espacio en una antigua tienda ubicada en la trasera de la iglesia de San Juan.

Aprendió a jugar al ajedrez gracias a su abuelo, Tomás Turrión, pero todo cambió en 2015 cuando el Congreso aprobó de forma unánime que esa disciplina ingresara como asignatura en los centros educativos si bien, de momento, no ha tenido la aplicación esperada a excepción de Aragón o Andalucía. Desde aquel momento, Ricardo Gil entendió que debía trasladar su pasión a los pequeños para hacer buena cantera.

Uno de los alumnos es Martín Blázquez, recién incorporado a la escuela en este año. «Me gusta jugar al ajedrez gracias a su primo Oliver, que me enseñó. La figura que más me gusta es el caballo» explica y su padre, también Martín Blázquez, destaca la importancia de que haya en Béjar clases de otras disciplinas que no sea el fútbol.

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