Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En memoria de Juan Antonio

Otro día raro. Nublado, después lluvioso. “Hace un buen día para morir”, que dijo Kiefer Sutherland en “Línea mortal”. Ayer era uno de esos días: nublado, lluvioso, soleado... Y ayer fue un día raro. Por un lado despedíamos a Juan Antonio García Iglesias, ex-subdirector de LA GACETA, amigo desde hace años y compañero de largas charlas sociopolíticas -amén de buena persona- , y por otro me invitó a comer mi amigo Nacho a un nuevo restaurante en Salamanca, y en Salamanca, hoy, decir NUEVO, es decir guaauuu... qué valientes.

Nacho me llevó a un nuevo restaurante en la plaza del Mercado, situado, si la memoria no me falla, en los bajos de lo que fue el mítico “Venecia”, en aquella Salamanca que estuvo más cerca del Hollywood que pasó por el “Gran Hotel” que de Las Hurdes que retrató Luis Buñuel, aquella Salamanca de “la calleja”, Ventura Ruiz Aguilera, donde mi abuelito tuvo su oficina... ¡Qué seríamos sin sentimientos, sin recuerdos, sin memoria!

Fue la de ayer una comida espléndida entre la luz y la lluvia ligera, el Mercado Central, el pavimento mojado, el camión de “Coca Cola”, y de nuevo los recuerdos, los autobuses urbanos, “Almacenes Galán”, ”Los Limoneros”, el bullicio del mercado, “La Olla”, “Colella”... Pura vida. Fue la de ayer una comida distinta. Yo, tan crítico, encontré un lugar nuevo, más allá de la Salamanca dormida. El restaurante me sorprendió: su cocina, el local, el espíritu, el equipo y, modestia aparte, sé de qué hablo, hablo del alma, del cariño de hacer sólida una idea. De hacer Salamanca. Y en estos tiempos, ¡bravo!

Brindé con un “San Román” de Toro por nosotros y los nuestros, y por supuesto por Juan Antonio, recordando nuestras conversaciones sobre sus rutas marítimas en los Grandes Lados, entre EE.UU y Canadá, y sobre mi Chicago y sus vientos.

Larga vida al recuerdo de personas como Juan Antonio y a días con sabor a melancolía.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios