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Salamanca, la que más aporta

Jueves, 23 de julio 2020, 05:00

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Concretamente 562”, me sacaba de dudas el aficionado a la calobiótica y compatriota de la fraternidad rojiblanca, Miguel Sosa. El muy cultureta tuvo a bien preguntarme con retórica tuitera a través de un emedé -que procede de las siglas correspondientes a ‘mensaje directo’-. “¿Sabes cuál es la provincia de España que más palabras aporta a nuestro diccionario?” Y sí, Salamanca es la que más aporta. Con mucha diferencia. Lejísimos de las 21 de Ávila o las 2 que suma Madrid. A años luz de las 47 con las que contribuye Valladolid. Muy por delante de regiones enteras como Murcia (252), La Rioja (121), Cantabria (242), Asturias (278) o Canarias (175).

“Estas cosas a Unamuno le flipaban y a mí, que soy Unermano, también”, le contesté al autor de “El pequeño libro de las 500 palabras para parecer más culto”. Y, claro, le faltó tiempo para regalarme otra de sus impagables lecciones de Historia, Lengua y retrochascarrillos de su sabroso anecdotario. Se la había dejado botando. “Unamuno es uno de los pocos seres humanos a los que el diccionario reconoce haber inventado alguna palabra”, me suelta en un correazo electrónico por toda la escuadra. “Y el único que inventó dos. Intrahistoria es una y la otra es una de mis palabras favoritas: cocotología, arte de hacer pajaritas de papel”. Y el que fuera director del Teatro Bulevar y creador del Festival de Otoño de Madrid me adjunta las 562 palabras de origen charro por orden alfabético a modo de un diccionario helmántico de léxico y semántica que ni juntando la crema del Lazarillo con el legado del doctor -recientemente finado- Francisco Rodríguez Adrados. Lujos salmanticenses.

Arranca con aballar esta joya de vocabulario charro, que es mover algo de un lugar, y cierra con zurreta, que es la diarrea del ganado. Entre medias otras 560 voces de Salamanca introducidas en el diccionario de la Real Academia Española donde los académicos se han encargado de fijar, limpiar y dar esplendor al habla de los nuestros para enriquecer la de toda España.

Uno se encuentra con maravillas como vejedad, que aluden a la cualidad de viejo -tan necesario, tan de actualidad- y enviejar que es más hermoso que envejecer aunque signifique lo mismo. Tito es el hueso o pepita de la fruta, tendal el tendedero y serano la tertulia nocturna de los pueblos donde a los saltamontes les dicen saltigallos, salamántigas a los tritones y gurriatos a los tostones antes de que crujan en el plato

Aquí nació pinganillo para nombrar al carámbano de hielo y se comen las perrunillas, el farinato y los calbotes que tanto gustan al papón, que es glotón en su segunda acepción.

Son 562 palabras, voces, vocablos los que Salamanca aporta a nuestro idioma. Al castellano, al español, a la lengua con la que nos entendemos 483 millones de personas. ¡To!

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