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Mientras pasaba los efectos de la vacuna —un gripazo concentrado en horas— me llegaban al teléfono imágenes de las concentraciones de la Plaza Mayor y el Puente Romano, botellones, prohibidos con y sin pandemia, celebrando el fin del estado de alarma. Imágenes y memes. Uno de estos afirmaba que ya tenemos el famoso “rebaño” de la inmunidad, esa que vamos a alcanzar dentro de cien días, según el presidente Pedro Sánchez. Lo del sábado fue un comportamiento propio de un rebaño, pero no estaban todos los jóvenes en la Plaza y el Tormes, ni mucho menos; la mayoría de los reyes de la noche estaban en sus casas, así que es injusto meter a todos los jóvenes en el mismo rebaño. Creo que el anuncio de la caída del estado de alarma se vendió como si fuese el del fin de la pandemia, y algunos se equivocaron. Fueron memos y carne de memes. Por cierto, hay quien ha hecho lectura política del no de Alfonso Fernández Mañueco a solicitar el estado de alarma, saliendo al paso de lo dicho por Francisco Igea en sentido contrario. A uno le respalda un partido ganador en Madrid, y el otro... en fin, que no soplan buenos tiempos para la formación de Igea. A lo mejor tenemos fusión, absorción o trasvase, me dicen algunos conocidos que nadan en esas aguas siempre turbulentas, como aquellas de Simon and Garfunkel.

Mañueco e Igea me parecen una extraña pareja, ahora que la televisión pone de moda a aquella otra que compitió en las ondas deportivas de la madrugada. José María García y José Ramón de la Morena, ambos ya retirados de las ondas, se asoman de nuevo a nuestras vidas con otras caras y otros nombres en una serie dirigida por el salmantino Carlos Therón, en su momento de gloria. Javier Gutiérrez, Miki Esparche e Itsaso Arana son los protagonistas de esta serie bien titulada “Reyes de la noche”, que retrata aquellos programas que eran más que deportivos. Programas salvajes en los que todo era posible, donde se rebasaba la raya de lo deportivo para entrar en lo político o lo rosa, seguidos por devotos más que por oyentes, espacios de radio de los que se hablaba a la mañana siguiente. Como reliquia de aquellos tiempos salvajes con pasos a nivel sin barrera solo queda en el dial Federico Jiménez Losantos.

Conocí muy bien una parte de aquellas noches, la de García, aunque menos que el desaparecido Manuel Herrero, en Antena 3 Radio en Salamanca, y Pepe Yepes, en la de Murcia, un granadino enamorado de estas calles. García, su modelo de radio, era un agujero negro, que latía debajo del espectáculo que el oyente veía. Uno llegaba a perder la noción del espacio y del tiempo, como sucede en esos agujeros, según Einstein. Estoy seguro de que nuestro Carlos Therón ha bordado la serie, como sus protagonistas. Javier Gutiérrez, uno de ellos, estará en Salamanca —como estuvieron García y de la Morena en Salamanca varias veces— este sábado con la obra “Principiantes, ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?”, en el Liceo. Es, sin duda, uno de nuestros mejores actores y no solo para el registro de comedia. Viene con él Vicky Luengo, que coincidió en “Antidisturbios” con nuestro Raúl Prieto. Su función coincidirá con San Isidro, fiesta en Madrid y en el campo, a pesar de recortes e incumplimientos. Si acaso, porque viene una buena cosecha, como se dice, aunque los del campo solo hablan de ella cuando la tienen en el almacén. Vamos a ver qué trae San Isidro de Madrid.

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