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Las próximas horas tienen algo de terminal de aeropuerto, andén ferroviario o estación de autobuses. También de cruce de caminos. Unos salen y otros entran. Primera “operación salida” del verano envueltos en esta canícula que abre los periódicos e informativos robándole protagonismo a los políticos, a los que se les acumula el trabajo: sequía, incendios, despoblación... y lo que ha avanzado Mario Amilibia en Salamanca. El presidente del Consejo de Cuentas –hasta hace seis meses presidido por el salmantino Jesús Encabo—ha anunciado que quiere tener más medios para que nadie se escape de rendir cuentas, que es la esencia de la democracia. Ser, en definitiva, transparente. Y para ello nada como una amenaza: atención a las transferencias. Esta es una provincia cumplidora, pero hay tres municipios que nunca han presentado cuentas. Llámelo dejadez, ignorancia, miedo, vergüenza, desconfianza... Pero no puede ser, desde luego.

Así pues, estas vísperas de San Pedro traen cuentas, maletas, ajos y rebajas. Son vísperas, también, de la constitución de la Diputación, con patio a la calle de San Pablo, que acompaña a San Pedro en el santoral del día, como le acompaña en la iconografía salmantina: Catedral, Retablo de Sancti Spíritus y Fonseca, fuera y dentro de San Esteban, en las Úrsulas y en la actual Facultad de Educación, que fue casa de locos y antes de huérfanos, así para empezar. San Pablo tiene iglesia y calle, que ya es tener.

José María Gabriel y Galán, poeta, que nació en la víspera de San Pedro de 1870, tiene plaza con biblioteca y estatua. El año que viene toca celebrar los 150 años de su nacimiento. Alguien ha dicho que el poeta de Frades tenía su propia teología y con ella podría discutir con clásicos como Francisco Suárez o Luis de Molina, recordados a escasos metros del claustro de la Universidad Pontificia, antiguo colegio jesuita, donde esta tarde actúa el coro Francisco de Salinas. Un escenario espléndido para un coro. Alfonso Rodríguez Gutiérrez de Ceballos dijo de este claustro que es “una de las creaciones más imponentes y expresivas de todo el barroco español”. Los que tienen despacho con ventanas a él, como la rectora Myriam Cortés, son unos privilegiados. Bueno, pues ahí tiene lugar esta tarde la actuación del “Salinas”, obra de Victoriano García Pilo, uno de los coros clásicos salmantinos, obligados a hacernos olvidar el sofocón de estos días. Pero los niños, hoy, ya no recitan de memoria a Gabriel y Galán; como excepción, si acaso, lo rapearían, así que el aniversario del año que viene puede quedar en cosa de viejos. Ah, los viejos y sus cosas. La semana que viene se abrirá la biblioteca del Campo de San Francisco, que fue semillero del parque y antes biblioteca popular, que se inauguró coincidiendo con el estreno de la escultura de Juan Cristóbal a Gabriel y Galán y sus acompañantes en ese mismo lugar, de donde fue trasladada a la Avenida de Mirat. Es uno de los escenarios culturales del verano, que comenzaremos a transitar cuando atravesemos las próximas horas como quien recorre un pasillo. Horas de rebajas, de danzas exóticas en el Mateo Hernández, de “Jamones con tacones” en la Casa de las Conchas, y coreografías en el Caem. También de verbenas. No sé si todo ello nos refrescará o no, pero hará estos días tropicales más llevaderos.

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