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“Nos conviene la tensión”

Miércoles, 28 de abril 2021, 05:00

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Nos conviene la tensión”. No sé si recuerdan la frase que le confesó Zapatero al otro Gabilondo en la campaña de 2008 cuando creían que el micrófono estaba ya apagado. Cuando la izquierda ve mal las cosas no recurre a convencer a los ciudadanos o a ilusionar con proyectos a los votantes. Echa mano de la bronca, de la desestabilización o de la camorra. Y en estas elecciones de Madrid, que no son unos comicios más, sino que han conseguido captar el interés de muchos miles de españoles que no son madrileños con derecho a voto, la izquierda ha conseguido desquiciarse de nuevo, perder los papeles al saberse perdedora e incapaz de gestionar una derrota que no es un revés cualquiera. En Madrid nos vemos reflejados todos, Madrid representa hoy para muchos españoles la libertad frente al comunismo que nos quiere a todos con un pensamiento único. Madrid es el contrapoder contra un Gobierno inepto e incapaz para gestionar la crisis sanitaria, social y económica.

Al hermano del otro Gabilondo, que camina como un “zombi” tendiéndole los brazos como un pobre hombre a un Iglesias electoralmente herido, también le interesa el ruido en esta campaña.

Muchas veces me he preguntado qué necesidad tiene el candidato socialista, que hasta ahora gozaba de reconocimiento, de pasar por este trance tan miserable, porque su paso por la política dejará tocado su prestigio que tanto tiempo le había costado conseguir.

La artimaña que tenía preparada el social-comunismo con el apoyo expreso, al menos, del tonto del ya exvicepresidente naranja, Ignacio Aguado, para presentar una moción de censura y desbancar a Isabel Díaz Ayuso de la Presidencia de la Comunidad de Madrid les salió al revés y no ven la manera de doblegar la voluntad mayoritaria de los madrileños que reflejan las encuestas publicadas. De ahí la camorra que tanto le gusta a Pablo Iglesias, a Gabilondo y a la candidata de Más Madrid, la de los gestos pistoleros.

Huelga decir que como demócrata convencida detesto la violencia, condeno las amenazas vengan de donde vengan, pero no se puede apuntar a Vox como si fueran los autores de las cartas que con las balas enviadas al ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska; al exvicepresidente y líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias; y a la directora de la Guardia Civil, María Gámez. Es una irresponsabilidad gravísima que, además, contribuye a crear un clima de tensión en la sociedad.

Lo primero que debe hacer el Gobierno es investigar la autoría y lo segundo, analizar cómo es posible que haya habido tantos fallos para que no se detectasen los sobres.

Incriminar a Vox es emponzoñar la campaña, ya bastante ensuciada por desgracia por la calaña de algunos de los personajes que se presentan.

Me produce lástima que una ministra como Reyes Maroto, a la que un pobre esquizofrénico le envío el lunes por carta una navaja, montara otro circo a cuenta del enfermo al que rápidamente el social-comunismo se apresuró a emparentar con un dirigente de Vox. Resulta que un tío del enfermo mental está casado con una prima del padre de Iván Espinosa de los Monteros

A este paso, como tiremos del hilo genealógico acabamos siendo parientes lejanos de Pablo Iglesias, que es lo peor que nos puede pasar.

La campaña está siendo nauseabunda, guarra a más de poder y Díaz Ayuso, sabedora de que la izquierda pretende rebozar todo en el mismo barrizal, ha tomado la mejor decisión: pasar de todo y no entrar en debates estériles que no le interesan a nadie más que al social-comunismo y a sus amigos y socios, los bilduetarras que saben bien lo que es el fascismo porque lo llevan poniendo en práctica muchos años.

Un dato significativo: no conozco a ningún empresario, grande o pequeño, que no exprese su preocupación y su temor por lo que puede pasar en Madrid si el próximo martes toda la izquierda gana por un escaño al PP que representan Isabel Díaz Ayuso y el alcalde, José Luis Martínez Almeida.

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