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No se quiten la mascarilla

Miércoles, 9 de junio 2021, 05:00

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Ha dicho Simón que a finales de este mes nos podremos quitar la mascarilla. Yo no pienso quitarme el tapabocas hasta que el doctor pandemias no deje el cargo. Este hombre es, además de fulero, un gafe de mucho cuidado.

Cuando los chinos, más avanzados que el resto del mundo en la lucha contra el coronavirus, no salían a la calle sin las consabidas mascarillas, nos dijo don Simón que no estaba demostrado que fueran eficaces para protegernos. Nos mintió. Después, como se ha demostrado, han resultado ser el elemento más eficaz para evitar los contagios. Total, que, aunque me molesta muchísimo, aunque me resulta un horror ahora que hace calor, aunque sea una estupidez tener que llevarla para salir por la mañana sola a caminar, no me quito la mascarilla porque no me fío del agorero don Simón.

Cada vez que habla, hay que echarse a temblar. Cuando dijo que ya estábamos a punto de terminar con el virus, vino la tercera ola que ha sido casi peor que la primera.

Este Gobierno ha entrado además en una espiral de errores y tropezones a cual más bárbaro. Ni siquiera cuando tiene que rectificar, que es casi a diario, acierta.

Desde que Ayuso ganó las elecciones en Madrid, Pedro Sánchez no levanta cabeza. Ni en la capital del Reino, ni en Andalucía ni en Murcia, ni en Castilla y León le son favorables las encuestas. En los últimos sondeos, los castellanos y leoneses le dan un revés a Pedro Sánchez en la espinilla de Luis Tudanca y de Fernando Pablos.

El ciudadano detesta los palmeros. Los huele a la legua y aquí nadie se desmarca de los enormes tropezones del sanchismo.

Han callado ante el descomunal despropósito de pedir PCR a nuestros “hermanos” los portugueses. ¿Pero nadie del PSOE salmantino es capaz de trasladar al prepotente Sánchez las estrechas relaciones que mantenemos con nuestros amigos los portugueses? ¿Nadie le ha explicado al endiosado presidente que los portugueses no van a venir a comprar a España, donde el IVA de determinados productos es mucho menor, a echar gasolina o a pasar el día en Salamanca si tienen que presentar una PCR en la frontera?

Ayer el Gobierno rectificó, pero ya había publicado la resolución el Ministerio de Sanidad y a punto ha estado de crear otro conflicto diplomático con el país vecino.

La “portavoza” del Gobierno, María Jesús Montero, no tuvo más remedio que pedir disculpas al ejecutivo luso y achacó a una “confusión” que se incluyera Portugal en la nueva normativa sobre la llegada de viajeros desde el extranjero. ¡Como teníamos poco con el conflicto con Marruecos, a punto hemos estado de crear un follón de considerables dimensiones con Portugal!

Hoy le toca de nuevo a Carolina Darias, que ya debería estar en la lista de la crisis de Sánchez, volver al conflicto en la Interterritorial. Ha tenido que rectificar en cuanto a las restricciones que quería imponer por decreto ley a la hostelería. La mayoría de las autonomías hizo caso omiso, a pesar de las vergonzosas amenazas de la sustituta de Salvador Illa, incluso La Rioja, que votó a favor la semana pasada, se pasó las medidas por el forro. Madrid la llevó a los Tribunales que le han torcido de nuevo el brazo.

Darias ha anunciado consenso. No le queda otra, pero promete volver a la discordia, a montar otro follón, porque mientras Sánchez indulta a los golpistas en contra del Supremo, los ministros están haciendo ruido disuasorio para que el asunto pase desapercibido.

El domingo no hay que tener complejos para parar el atropello de Sánchez en Colón. Esté Vox o el Sursum corda, porque lo que se está defendiendo es la justicia igual para todos y la división de poderes, un pilar básico y fundamental de cualquier democracia.

Al Gobierno le interesa el follón, el ruido y acomplejar al PP y que no acuda a rebelarse contra Sánchez para que no ponga en la calle a los que intentaron dar un golpe de estado.

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