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No nos humille, por favor

Miércoles, 11 de diciembre 2019, 04:00

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Estamos en el tiempo de descuento, pero todavía hay margen para un acuerdo entre los partidos constitucionalistas, que es lo que ha pedido la mayoría de los españoles si no atenemos a los resultados del 10 de noviembre. Hay que saber interpretar los datos: 221 escaños sobre 350 es mayoría absolutísima, diga Pedro Sánchez lo que diga o haga las interpretaciones que quiera hacer Pablo Iglesias, que intenta salvar el descalabro que viene sufriendo elección tras elección entrando desesperadamente en un gobierno.

La mayoría de los españoles quieren un gobierno moderado e integrado por partidos que defiendan sin titubeos la unidad de España. Incluso una parte significativa e importante de los votantes socialista rechaza un pacto con los independentistas. Los simpatizantes socialistas no quieren que el PSOE pierda su identidad nacional, rechazan que diga una cosa y la contraria y están totalmente en contra de que los secesionistas y los golpistas sometan al presidente del Gobierno y por tanto, a todos los españoles. No quiero recordar la vieja guardia, a los que Pedro Sánchez desprecia, que han liderado un documento pidiendo un entendimiento entre los partidos moderados de la Cámara y en contra de un acuerdo entre el PSOE y Pablo Iglesias con el resto de fuerzas política que aglutinan a todos los enemigos de la Constitución.

Hay tiempo suficiente para que Pedro Sánchez no se humille ante ERC, para que no tenga que traicionar a los españoles, a España y a su partido teniendo que pactar a escondidas la autodeterminación o indultar a los condenados por el golpe de Estado. Hay margen para que enmiende el gran error que será gobernar con la extrema izquierda bolivariana y chavistas de Pablo Iglesias, con los amigos de los asesinos de Eta y con los que quieren saltarse la Ley porque creen que la Ley son ellos.

Los inversores ya han advertido del peligro de un gobierno entre Sánchez e Iglesias apoyado por los peor de cada casa (golpistas, proetarras, independentistas de todo tipo y condición, etc...). Su apuesta, por temor a una subida impositiva que nos deje tiritando, es Portugal, que está aquí al lado y cuenta con unos políticos que están haciendo las cosas con sentido común e intentando que el país luso tenga un futuro más allá de los cuatro años que un partido o coalición se mantenga en el gobierno.

Inés Arrimadas, con sus escasos y escuetos 10 escaños, le ha pedido al presidente en funciones y al líder de la oposición un Gobierno de los 221 escaños, es decir un entendimiento (votos a favor de la investidura de Pedro Sánchez de los naranjas y abstención de los populares) entre PSOE, Cs y PP que daría la máxima estabilidad a España y mandaría un mensaje nítido y claro a los enemigo de la unidad, es decir a los golpistas y los amigos y aliados con los que cuentan en las distintas comunidades autónomas.

Los “barones” del PP (Alberto Núñez Feijóo, Alfonso Fernández Mañueco, Juan Manuel Moreno) también consideran letal para España un gobierno de coalición con la extrema izquierda, un partido que tan solo hace unos pocos meses le quitaba el sueño a Pedro Sánchez. Verían con bueno ojos el apoyo explícito de Ciudadanos y la abstención de Pablo Casado, por supuesto con acuerdos en asuntos claves para España, como es la oposición rotunda a las pretensiones separatistas de los partidos independentistas, tanto catalanes como vascos, que pelean por ver quien es más rupturista de cara a un posible adelanto electoral en Cataluña y a las elecciones vascas.

El acuerdo entre PSOE y los radicales de ERC progresa adecuadamente, pero estamos a tiempo de parar su chantaje y de enviar un mensaje rotundo a los que han pretendido acabar con España o a los que tengan tentaciones en el futuro.

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