Borrar

Compartir

De Yolanda Díaz la expresión más atrevida que se le recuerda desde que es vicepresidenta es ese “la madre que me parió” que soltó en twitter en respuesta a un comentario sobre una oferta de trabajo que no era “chulísima”. Hoy negocia subidas salariales y los sindicatos gritan “¡viva la madre que te parió!” y los empresarios, un lacónico “la madre que la parió”.

La madre que la parió no sabemos si estará de celebración como la mayoría de madres de España. No sabemos si es de la corriente tradicional, de “sí” al Día de la Madre, o de corte “progre”, de las de mejor celebrar el “día de la familia” o el “día de la persona más querida”. No sabemos si está de acuerdo con colectivos LGTBI que presionan a Irene Montero para que se dejen de hacer dibujos en el “cole” y así no herir sensibilidades de niños que no tienen mamá, o que tienen dos, o dos papás, o una mamá, o un papá en días pares y otro en los impares.

Pero mañana es el Día de la Madre y no pueden hacer el lío porque de lío, nada. Dice la RAE que madre es la mujer que ha concebido o parido uno o más hijos o la mujer que ejerce como madre. Una pareja de lesbianas, pues dos dibujitos del niño en la “guarde”. Pareja de hombres, pues a esperar al 19 de marzo. Si uno se siente mujer y con la Ley Trans lo es, pues que lo diga, que anda que no se da la lata a los maestros con cosas menores, y que le hagan un dibujito también. Dicen que es por el niño, para que no se sienta triste si es que ha perdido a su madre: como si no se acordara de ella cada día. Dicen que es para que un niño de familia diferente no se sienta diferente. Así diferenciamos en lugar de normalizar. Se le explica en casa, como se ha hecho toda la vida, y luego el maestro cuida de él especialmente ese día, como siempre. Y es que con este argumento podemos llegar al peligroso extremo de igualar y ser tan comunistas como Yolanda: para que el niño no sufra, pues todos vamos con el mismo coche y si la mitad de la clase no se puede ir de vacaciones, pues todos en la ciudad en verano.

Es el Día de la Madre. Punto. No es el de la progenitora gestante porque eso de “amor de progenitora gestante” no entra en el brazo tatuado y es muy feo, sin alma. Y la madre se merece palabras bonitas y flores y regalos, porque no es un día comercial, es justicia. Porque el resto de días son para la madre de “¿qué hay para comer?”, “¿dónde está mi camiseta?”. O si el niño se mancha soportar el “¡cómo le habrá dejado salir así de casa su madre!” o el “ahora mismo llamo a tu madre”. Y es que llaman.

Es el Día de la Madre y debe seguir siéndolo porque no nos pueden ningunear más. Mujer ahora es un cajón de sastre y madre va camino de serlo o de borrarse. Se iguala permiso de paternidad con el de maternidad, como si diera igual quien tuvo dentro al bebé o sufrió el parto. Pero se ve que el nosotras parimos, nosotras decidimos, es solo para lo que interesa. Como lo del machismo. La madre ya no disfruta de piropos a través de sus hijas. Está prohibido el “la madre que te parió” a pie de obra o el “tu madre debería ser pastelera”, porque el “progre” ve que eso es machismo. Pero no ve machista que en campos hasta de benjamines se escuche el “hijo de p...” Que insulten al hijo a través de la madre está permitido. Que no puedas tener un hijo árbitro o tiembles si sale político. Y el colmo del ninguneo es esto de querer quitar el día de la madre. Hay día de la tortilla española y no se cuestiona. Tampoco el día de las aves migratorias, que es el lunes, y encima con dos celebraciones al año.

¿Cómo has llegado hasta aquí? Me trajo mi madre. Pues eso. Feliz Día de la Madre a todas las que son madres, ejercen como madres y quieren celebrar este día. Feliz día para los que recuerdan a las que no están pero que nunca se fueron ni se irán.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios