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No todo son casetas. Los locales históricos de la ciudad –“Plus Ultra”, “Torres”, “Novelty”, “Valencia”, “Mesón de Gonzalo” --marcan como termómetros la fiebre ferial. Y va a más. Ayer a mediodía era evidente. En el “Valencia” de José Luis y Beatriz el peso de la historia taurino-ferial te aplasta: los Belmonte, Machaquito, Saleri, Vicente Pastor... en carteles centenarios patrocinados por los ultramarinos y las sastrerías de la época alicatan sus paredes. Saludo allí a Santos Carrasco, uno de los padres de la constitución de la denominación de origen de Guijuelo. Esta será la primera feria sin Gonzalo Sendín, padre, y sin sus recuerdos de artistas que pasaban por la casa en estas fechas, aunque seguimos haciéndolo sus incondicionales. En el “Plus” y el “Novelty” me encuentro con caras con las que coincidí años atrás y ahora no veo a diario. Paco “Novelty”, próximo a la jubilación, espera a los tratantes de cerdos para fijar precio en la montanera. En “Las Torres”, huelo a visitantes: muchos.

Las casetas van a más y esperaban la noche de Rozalén, uno de los nombres femeninos que enmarcan esas fiestas. Rozalén canta uno de los himnos del feminismo en una feria que pregona una mujer este mediodía, Mar Siles, científica como Genma Marcos, nuevo alto cargo de la consejería de Agricultura, encargada de las cosas del comer, en las que somos una potencia, como explicó el viernes en SalamaqFelisa Becerra, economista, al pregonar lo bueno que fue para el campo el año pasado y que no lo veremos este año. Son charras, mujeres con atuendos tradicionales salmantinos, las que ofrecieron flores a la Virgen de la Vega ayer por la tarde con una comitiva larga, vistosa, elegante, disciplinada y hermosa. El colorido y lujo de sus trajes es el mismo que el de muchas mujeres que protagonizan la exposición “Anthropografías” en la sala de La Salina. No se nota porque las fotografías son en blanco y negro y por el semblante serio de sus protagonistas, casi sombrío, impresionadas por el posado, el entorno, la trascendencia de la fotografía, que el horno no estaba para bollos o que las mujeres charras de entonces eran así, como lo sería (y es) el “Viti”, Santiago Martín. Otro día le contaré lo mucho que me ha impresionado esta exposición coral comisariada por Juan Francisco Blanco, hecha de miles de fotografías que como rosas escondidas han salido de álbumes familiares o cajones donde se guardan las sábanas, abajo del todo. Felicidades a Almudena Merino, salmantina de Barcelona, por el premio que ha conseguido con “El escondite de una rosa”. Nuestras mujeres escritoras –Maribel Andrés Llamero triunfó hace poco con su “Autobús a Fermoselle”— lo bordan.

Quiero un equipo femenino de fútbol que compita en la liga de Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola), que comenzó ayer, y otro de rugby, que es mi deporte, como lo fue de José Luis Valencia, amigo de Serge Blanco, gran rugbier francés, de los más grandes y artífice del rugby “champagne”, que va a estar en Salamanca muy pronto porque es un seguidor acérrimo de Juan del Álamo. Ganó tres ediciones del Seis Naciones. En Francia es dios, como lo es en el ciclismo femenino Dori Ruano, que este verano fue homenajeada en la Marcha “Pedro Delgado”. Fijo que andará en la Vuelta Ciclista a España

En fin, Vega es nombre de mujer, es su feria, y hoy es el santo de las Vegas. Felicidades.

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