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Carmen Calvo, mujer curtida en mil batallas, resiliente más que el propio Sánchez, traidora con los “papeles” de Salamanca y gran conocedora de lo que es un abucheo, ha salido a decirle a Felipe González aquello de “¿por qué no te callas? aunque ella de una forma más sutil: “La España que toca gobernar hoy -le dijo en un tono tan cordial que solo le faltó introducir un condescendiente “querido Felipe”- no es como la de hace 20 años”.

Por una vez tenía razón porque entonces había políticos que pensaban que existía España, como por supuesto el mismo González, y a los que en ningún momento se les ocurriría entregarla en bandeja de plata a independentistas catalanes y proetarras que no disimulan sus malas intenciones.

Cinco años después la política ya era otra cosa y por culpa precisamente de mercaderes metidos en ella como la propia Carmen Calvo, a la que no le importó entregar los “papeles de Salamanca” al chantaje catalán. Se asomaba entonces poco por las calles porque la perseguían los gritos y abucheos.

El “ministra, ladrona, vete a Barcelona” causó furor. Y ella, además de esconderse todo lo posible, tiraba como ahora de mentiras, como la que sin titubear le soltó a Juan Vicente Herrera, entonces presidente de la Junta de Castilla y León, al asegurarle que el archivo no corría peligro de desaparecer.

La suya es la misma forma de hacer política que la de hace 15 años. Por eso el pasado miércoles dijo que la fiscalidad de Madrid era un ataque a España y se quedó tan tranquila después de semejante barbaridad. Alguien se lo creería, como cuando con toda su cara comentó que el archivo de Salamanca, que ella destrozó y envió con un lacito a tierras catalanas, permanecería siempre aquí.

Ahora nos dice que Rufián y Otegui son buenos chicos que miran por España y parece que nos lo tenemos que creer. Menos mal que son ellos mismos los que nos abren los ojos.

Programa “La Fábrica”, Rufián entrevista a Otegui -hay que ver lo que les gusta a esta hornada de políticos jugar a periodistas-. “¿Qué es para ti España?, le pregunta en su charleta. “España no existe”, le responde el de Bildu. Rufián se había encargado antes de dejar bien claro que “España es muerte y paro”.

Y ahora Pedro Sánchez vive refugiado en ellos y en su espejito mágico del CIS: ”Espejito, espejito, ¿quién es el más guapo?” y Tezanos siempre le dice que él.

Pero cuando le da el aire de la calle se da cuenta de que los abucheos y gritos le despeinan y que esa realidad no era la que le contaban sus aduladores. Por eso se inventó el “aló presidente” de los sábados y la homilía a los presidentes del domingo. Y si asomó el pie de Moncloa fue para irse a Doñana o coger el Falcon, pero lo de salir a la calle y ver a gente, como que le da miedo. Ayer fue uno de esos días difíciles a pesar de que no anunció hasta muy tarde que al día siguiente visitaría el hospital de La Paz y además lo hizo como el ladrón que espera la salida de la dueña -su “pesadilla” Ayuso-. La jugada le salió mal, sobre todo porque también se presentó el alcalde Almeida y los gritos y abucheos pueden ser silenciados por la Televisión Española, juguete de Pablo Iglesias a cambio de dejar “La Tuerka”, pero no por otros medios, al menos mientras no empiece a funcionar el Ministerio de la Verdad.

Nuestro presidente, el mismo que se esconde ahora, era el que hace solo 5 años decía que “la democracia es debatir y un presidente del Gobierno no puede esconderse tras un plasma”. También el mismo que apoyaba en redes la campaña “sin preguntas no hay cobertura”. Cuando Sánchez e Iglesias firmaron el pacto para formar gobierno, marcaron ya territorio de su “nueva” política al prohibir la entrada a periodistas y comparecer sin aceptar turnos de preguntas.

La España que toca gobernar no es como la de hace 20 años, querida Carmen Calvo, porque estáis acabando con ella. ¿Recuerdas cuando por lo del archivo te gritaban aquello de “con este Gobierno esto es un infierno”? Pues eso.

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