Hartos del verde
Ferrovial se va a los Países Bajos. Y allí precisamente ha dado el golpe en las elecciones provinciales un partido agrario. Se llama Movimiento Campesino-Ciudadano -BBB- y la mujer que lo dirige y fundó, periodista, acudió a su presentación en tractor. Dijo algo así como que era una “ciudadana normal” y ha sumado votos del medio rural y urbano.
El BBB es de tractoradas. Y esto recuerda a 2020, año de tractores por nuestras calles, cuando la gente de la ciudad rompía en aplausos de apoyo a agricultores y ganaderos y muchos se emocionaban.
El BBB está harto de tanta medida contra el cambio climático que significará el cierre, dicen, del 30% de granjas. Ha logrado con este mensaje que en Países Bajos se entienda que sin granjas es imposible que baje la leche del euro o que haya leche.
¿Qué se hace en España? Nada. Resignación. Y si la norma dice una cosa y la razón, otra, es que “lo dice Europa”. Menos mal que ahora (viene la ironía) España asume la Presidencia europea.
No se puede desbrozar el monte sin permiso; ni coger una ramita para el niño; no se puede meter ganado en el monte y, si entra, se lo come el lobo, que tiene derecho. En España, con el Gobierno más verde de Europa, no se puede ni matar una rata por la ley Belarra.
¿Tiene motivos el ganadero para estar harto? El ganadero y muchos más, por eso el BBB ganó en Países Bajos. El Gobierno de PSOE-Podemos permite al ganadero, por ejemplo, tener un ternero en un corral individual siempre que la longitud de ese espacio la halle midiendo la res desde la punta de la nariz -viene así en el BOE- hasta el hueso de la pelvis. A lo mejor el ganadero cree que le toman el pelo. Si le obligan a tener veterinario de explotación y lo tiene que pagar él, como las tasas veterinarias, pues a lo mejor está harto. Y si ese veterinario también es obligatorio para apicultores con colmenas repartidas por toda España, pues suena ridículo y a que la fiesta la pagará el ganadero y el consumidor.
Dice Europa que hay que erradicar la tuberculosis y España lo hace suyo en el programa nacional, donde hay representantes del Ministerio y de las comunidades. No se entiende que si los jabalíes y meloncillos son reservorios de tuberculosis, campen a sus anchas por las explotaciones sin que nadie actúe con contundencia. Si al ganadero luego le tienen que matar sus vacas por tuberculosis y se arruina, ¿es normal que esté harto?
Ahora hay prisas por hacer la PAC porque la gente del campo necesita cobrar el anticipo, porque no hay dinero. La PAC que manda Europa pero que ratifica España con el “y yo más verde que tú” regala dinero a agricultores y ganaderos de salón y castiga a los que más producen. Y eso lo decidió Planas, lo de no favorecer con ayudas al profesional, y en su tierra, Andalucía, tan contentos. La PAC obliga al agricultor a poner guisantes donde no nacen o a dejar hectáreas para pájaros o a otras prácticas que restan producción, si es que quiere optar a recibir la ayuda de antes. Que no nos engañen: no bajará la cesta de la compra porque al agricultor no le dejan cultivar y al ganadero le llevan a cerrar.
En España la máxima rebeldía del campo se ve en Llanes con ese cartel de bienvenida al municipio en el que se declara de “excelencia rural” y se advierte al visitante del riesgo: “ganado suelto o estabulado, sujete perros”; “olores a campos abonados”; “agricultores y ganaderos que trabajan para que disfruten de alimentos sanos”... Y la coletilla: “si le molesta, quizá esté en el lugar equivocado”. En los municipios de Salamanca es una pena que no se tenga ni siquiera la valentía de copiar el cartel para defender al campo.