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La revuelta

Podría ser lo de Figo o lo que se dijo sobre la Policía Nacional en la televisión pública. Ahora los que salen son tractores

Sábado, 14 de diciembre 2024, 06:00

Y no es hablar de Figo, aunque tiene su historia eso de que uno de los debates en España sea si alguien que no parece de izquierdas puede ser entrevistado en un programa de la televisión pública -pongamos La Revuelta- o no. Ni de lo que se dijo en ese programa sobre la Policía.

Esto es lo de la revuelta agraria y no va de Broncano, que va de Mercosur. Y va que de esta nos quedamos en España sin albarranes, vacas o cerdos. Y de esta nos cargamos hasta el paisaje de cereal de Castilla.

Que como no den marcha atrás, se acaba nuestro campo y no es un decir, que vamos a ello. Y cómo estará la historia para que agricultores, ganaderos y ecologistas vayan de la mano contra el pacto Mercosur.

Resulta que un día Alemania y España decidieron que Mercosur tenía que salir adelante, en gran parte porque están Trump y Xi Jinping con los aranceles. Y si no podemos enviar desde Europa nuestros coches a Estados Unidos o China, pues ahí está América. Y si el pago es la soberanía alimentaria o esa aspiración, que lo sea. Total, la población agraria es insignificante y se queja con la fuerza que tiene, que es poca. Y se entiende lo de Ursula y hasta lo de Sánchez, que a lo mejor le sale la cuenta. Y a él, lo del campo, como para Ribera. Pero lo de Planas, ministro del sector, no tiene un pase.

Total, que después de 25 años de negociaciones, la Unión Europea y Mercosur llegaron a un acuerdo que aplauden Alemania y España y también Brasil. Y llegan meses de ratificarlo, como ya ocurrió en 2019, cuando no salió, y ahí está el sector agrario español mirando a Francia, Polonia y poniéndole una vela a Meloni, como salvavidas de la que se le viene. Y el pacto de las vacas por coches no es libre comercio de igual a igual, sino de agricultor y ganadero europeo que compite con las manos atadas porque productos prohibidos aquí están autorizados allí.

Sorprende que en España y Europa se mire tanto porque tengan hasta limas para las uñas las gallinas y no importe ahora como se críen en los países de Mercosur o su trazabilidad. Sorprende que España, tan verde para lo nuestro, mire para otro lado. Que se potencie con Mercosur que una parte del planeta produzca como quiera, y allá el cambio climático, y que en Europa, venga a prohibir por el medio ambiente. Sorprende cómo caen lo que parecían sólidos argumentos de sostenibilidad cuando la pela es la pela.

Y en el fondo, al agricultor y al ganadero español es al que menos le importa esto o debería. La mayoría supera los 55 y le queda poco para jubilarse. No se sabe cuándo se aplicará, si se aplica, Mercosur. Hay demanda de tierras para renovables. Si el cereal no vale, dejará de producirlo. Si el vacuno tampoco, venderá y a otra cosa. Los fondos de inversión compran tierras, que no dejan de subir. Y no hay relevo porque los jóvenes necesitan una fortuna para empezar a ser agricultores o ganaderos.

Mercosur es la puntilla. Y si pasa, el agricultor y el ganadero se dedicará a otra cosa y está por ver entonces qué comemos y cómo se produce, porque ya nos llevamos sustos con riegos con aguas fecales.

Y a lo mejor habría que pensar en ello, si vemos estos días tractores en las calles. O en esos campos tan cuidados que nos regalan y a los que hacemos fotos. O en cómo sería nuestra vida sin una nómina, pendientes de la cosecha y, luego, que llegue un barco con cereal de no se sabe dónde y producido no se sabe cómo, pero más barato. Y lo nuestro, por los suelos. Y el dinero, que no llega. Y todo, subido en un tractor enorme a lo mejor que pagar, porque el pequeño no sirve. Si al final se tienen que ir, vivirán de otra cosa o habrá un plan de reestructuración. Seremos los demás quienes les echemos de menos.

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