Nicoleta, la de Koldo
Ahora lo de que «grandullón» haya traicionado al «pequeño», está curioso, pero sin más. Ahora se habla del pobre Pedro Sánchez
Lo de Nicoleta está bien, pero hasta ahí. Es otra «sobrina», esta de Koldo. Y esta nueva Jéssica ocuparía tertulias y ahora queda como el último nombre de los títulos de crédito. Una más. Ahora la estrella es Cerdán y lo es porque con él puede acabar todo.
Que resulta que ahora hay militantes con carnet y estampita sanchista que se sienten decepcionados con el PSOE. Por primera vez. Que no había pasado. Que lo de Begoña y lo del hermano venía a ser una persecución, que pobre Sánchez, y no eran más que bulos de la ultraderecha. Que era como lo del fiscal general. Como lo de Leire. Pero con lo de Cerdán resulta que no cuela lo del pulpo como animal de compañía. Que es la primera vez que se critica al presidente desde tribunas con tatuaje sanchista. Y es la primera vez que le exigen moción de confianza o elecciones. Y también es la primera vez que no salen en tromba los ministros. Que quedan los cuatro de siempre, y con Óscar Puente camino de comprobar mejor el «papeluco» de Aldama. Que no se ve a muchos más dispuestos a quemarse las manos por el presidente. Y esto también es novedad. Como que no cuele el argumentario victimista, con llorera incluida de Chivite, que tendrá que explicar ahora sus cuatro reuniones con el empresario vinculado a Cerdán.
Ahora lo de que «grandullón» haya traicionado al «pequeño», está curioso, pero sin más. Como lo de que aquí nadie se fiara de nadie y Koldo sea genio de las grabaciones por su etapa de confidente. Que antes esto sería un capítulo de la serie y ahora no da, que estamos en otras cosas.
Ahora se habla de Sánchez y de si lo sabía. Y Aldama dice que sí. Y se habla de que el PSOE anda perdido con las grabaciones que tiene la UCO. Y se dice que hay más. Y de que hay miedo. Por si acaso. Y se recuerda que cuando Aldama dijo lo del sobre de Cerdán, Sánchez habló de «inventada». Y no se entiende cómo el presidente no investigó entonces. Se habla de que todo es raro.
Ahora se habla de que la trama de adjudicaciones irregulares de contratos públicos actuó durante los 11 años del sanchismo. Y se habla de financiación irregular del PSOE y que, de ser que sí, sería un «game over». Y se habla de cómo es posible que sin Ábalos en el Ministerio y sin Koldo, la red de corrupción haya seguido funcionando. Y se habla de que se necesita a alguien en el Gobierno para corruptelas y que Cerdán estaba fuera del Ejecutivo. Y se recuerda lo que dijo Aldama, eso de que Koldo «no tiene capacidad» para organizar esta red, y que de Cerdán siempre ha escuchado que tiene la «capacidad justa». Y se habla de que no es lo que se sabe, sino lo que se sabrá. Porque está Koldo, que se la tiene jurada a Cerdán. Y está Ábalos, que se siente solo y tiene wassaps. Y está Leire, que se ha quedado sin Cerdán, con el que precisamente pactó su marcha.Y todos con pruebas de no se sabe qué.Y con Cerdán, que dijo que se iba del Congreso pero que se lo piensa.Y que no tendrá capacidad, pero sí mucha calle.
Y se habla de cómo es posible viajar un mes con tres compañeros en un Peugeot y que los tres te salgan rana. Y cómo es posible que imputen a tu mano de derecha, y le sustituyas por otro de la panda. Y que sepas que el segundo está investigado, y ni preguntes. Que te enteres por la UCO de lo que tienes en casa. Y que Sánchez tenía razón cuando dijo aquello de «queremos un gobierno que no dedique tanto tiempo a defenderse de los casos de corrupción que le afecten». O lo de que «ya no basta con pedir perdón». Que el mayor opositor de Sánchez resulta que es Sánchez y no lo sabíamos. Y que cuando dice que algo es mentira, sale la UCO para negarlo. No se puede hablar de Nicoleta justo cuando parece (otra vez) que el juego se acaba.
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