Guarros y mujeres
La duda es si las mujeres del PSOE volverán a salir sonrientes en la foto con Sánchez, que asume el error pero no la responsabilidad
Ahora sabemos que no se es feminista por ser socialista. Queda descartado y es una lástima. Por nosotras. El eslogan era muy bueno hasta que ... lo pronunció un tal José Luis Ábalos y lo convirtió en un hazmerreír cuando se hizo noticia lo suyo con los catálogos de prostitutas, lo de elegir mujeres como si fueran ganado.
El PSOE, que pregona la abolición de la prostitución y el ir en contra de los puteros, actuó con contundencia tanto con Ábalos como ahora con Salazar, con denuncias por presunto acoso sexual. Así, y sin temblarle el pulso después de tantos años de amistad, el PSOE tomó la dura determinación de que el exministro, hasta entonces José Luis, pasara a ser el «señor Ábalos» y un «gran desconocido». Además, Paco perdió su nombre y se convirtió en Francisco Salazar. Incluso de ser un hombre «íntegro» para la familia socialista, pasó a ser alguien con actitud «vomitiva». Y de eso se dio cuenta Pilar Alegría cuando quedó a comer con él meses después de que se conociera el escándalo y mientras las presuntas víctimas no sabían nada del PSOE. Se ve que era más conveniente arropar al entonces Paco, que a ellas. No dejaba de ser otro hombre de confianza del presidente, como los del ahora conocido desde filas socialistas como «trío tóxico».
El segundo paso que ha dado el PSOE, ahora a raíz del escándalo Salazar, ha sido enviar una nota interna para reconocer que no ha estado del todo rápido y resaltar que, aun así, el partido es mejor que otros.
Además, Pedro Sánchez, en otro gesto que le honra, ha reconocido el «error» en primera persona, sin que eso signifique absolutamente nada porque no piensa asumir la responsabilidad. También ha dicho que no le corresponde ir a la Fiscalía, que es cierto, pero sí podía haberla informado de las denuncias. Ahora, si sigue el guion, habrá foto con mujeres del partido y apuesta por el nuevo eslogan, el de «el feminismo en el PSOE no es postureo». Llegará el anuncio de «cuatro» medidas más de control para dar seguridad a la mujer, y a otra cosa. Y hasta otro día porque el capitán no puede abandonar el barco con tormenta e incluso hay que darle las gracias por seguir.
La concejal del Ayuntamiento de Torremolinos denuncia que llevaba cuatro años viviendo una situación insoportable. En junio, se lo comunicó al órgano de acoso del PSOE y, como al parecer ya no podía más y no recibió respuesta, en noviembre decidió acudir a la Fiscalía de Violencia contra la Mujer, que sí decidió abrir diligencias. Aportó folios y folios de mensajes del secretario tipo «¿ese escote lo has tenido siempre?» Pero a María Jesús Montero, vicesecretaria general del PSOE y líder de los socialistas andaluces, no le debió llamar la atención, aunque ahora reconoce que el caso habría requerido «mayor celeridad». Tampoco asume responsabilidades, pero ve el tema «humillante». Ahora, y no antes, ha suspendido al secretario general de Torremolinos de militancia del PSOE por presunto acoso sexual.
Salazar era uno más de la pandilla de Pedro Sánchez, un estrecho colaborador, como lo era Ábalos, como lo era Koldo, como lo era Cerdán. Y tampoco le vio venir. Las denuncias por presunto acoso sexual y actitudes machistas de Paco, ahora Francisco, llegaron a Ferraz en julio y si no ha ido todo más rápido vino a ser por un «fallo informático» y porque las plantillas son las que son. Pero es un partido feminista. El que más. Salazar fue clave para que Sánchez lograra el control del PSOE frente a Susana Díaz.
La duda es si las mujeres del PSOE volverán a salir sonrientes en la foto con Sánchez. Y la pena es que esto del feminismo quede en una mentira más. No es bueno para la mujer.
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