Borrar
AL LORO

El que era blando y el mudo

Tendría que estar muy agradecido el ministro en funciones a Mañueco porque su discurso tapó el suyo, que fue sonrojante

Susana Magdaleno

Sábado, 2 de septiembre 2023, 06:00

Compartir

Desde la lealtad. Y desde la lealtad Mañueco le cantó las 40 al «querido Luis» en el discurso inaugural más duro que se recuerda en Salamaq.

«Querido Luis». Y desde el cariño, o la diplomacia o como se llame, le

puso en su sitio. Sin perder las formas. Y con ese discurso que llevaban tiempo esperando ganaderos y muchos otros ciudadanos. Esta Comunidad ahora resulta que no se calla. Porque callados no se ha conseguido nada. O eso vino a decir.

Que hay sonrisas y paseos juntos, que no se trata de no hablarse, pero que se acabó el venir a la feria para mayor gloria y para hablar de diálogo, amor y lealtad, cuando al salir con el coche oficial me aplicas el 155 y sin avisar. Que se acabó la tontería.

Y los ganaderos, que no estuvieron en el discurso porque no querían estar, que ya era hora. Y Planas, también sorprendido. Pero ocurrió. Mañueco estuvo donde tiene que estar. Al mando en el campo aunque la Consejería sea de Vox. Como querían y pedían los ganaderos.

Porque el campo, «querido Luis», se muere, que lo sepas, y por eso lo deseable es que con él estuvierais todos. Aunque estés en funciones.

Y ahí estaba «querido Luis», ministro en funciones, aguantando como gran diplomático el tipo. Por fuera, como si nada. Por dentro, ni se sabe. Amable, siempre amable. Y ahí estaban luego los suyos, del PSOE, para decirle que no era el sitio, que Mañueco se había pasado de frenada y que tranquilo, ministro, que eres el mejor. Que menudo poco hospitalario el presidente de la Junta porque este no era el lugar.

Y a poco que se hayan dado una vuelta por la feria habrán visto que no hay mejor lugar para decir lo que dijo Mañueco que uno en el que los estands aparecen con esquelas. Por la muerte del campo y con el descanse en paz.

En el que los ganaderos, prácticamente todos, cuentan que no pueden más. Que están superados por las enfermedades sanitarias, por la burocracia, por ser ignorados, por trabajar para poco o nada. Y que están hartos de que no se les informe, no se les apoye, no se les ayude. Que están hartos de ser tratados como criminales, de que el campo esté cada vez más lleno de alimañas. De que no les dejen vivir de lo que les gusta. Con tanto papeleo, con tanta enfermedad animal que trae un mosquito. Y que vaya la gente a Salamaq y esté con ellos, que lo necesitan.

Tendría que estar muy agradecido el ministro en funciones a Mañueco por su discurso porque tapó el suyo, que ha sido una de los más sonrojantes de los escuchados en esta feria. Y lo fue porque culpó del cambio climático a las enfermedades que, como la EHE, matan las vacas de los ganaderos. Que puede ser, pero sonó a excusa por su inacción y a voto por seguir sin hacer nada.

Es que en lugar de venir a Salamaq con un paquete de medidas para aliviar al menos los costes, prometió una reunión para dentro de dos semanas. Una reunión, por cierto, ya programada pero para otros fines. Y una reunión que se dignará a celebrar con las comunidades ahora, no antes, cuando la EHE lleva en España desde noviembre y los ganaderos de todo el territorio están desesperados desde hace meses. Y le ha dado igual. Y la urgencia son dos semanas. Y vivan los veterinarios, que es verdad, que menuda están pasando también, pero con los ganaderos no me reúno y con las comunidades, cuando vea. No estás.

Al ministro en funciones no se le vio cómodo en su discurso y estuvo mudo con los medios. No quería contestar. Solo buscaba un paseo triunfal y se lo estropeó Mañueco. Bienvenido, Mañueco. ¿Y Planas? Ni idea. Vimos a Luis, a «querido Luis», que es un señor agradable pero que por lo visto no ejerce de ministro.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios