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Opinión

Lo de Bonnie y la Plaza

Se ve, con Sexy Zebras o Tu otra bonita, que la Plaza Mayor es para artistas que puedan llenarla. Como la estrella galesa

Sábado, 14 de septiembre 2024, 06:00

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Bonnie Tyler no conoce la Plaza Mayor de Salamanca. Lo ha reconocido. También que tiene ganas de verla. Y somos tan de aquí que a algunos nos da lástima y hay otros que la disculpan, que como es extranjera es normal. Que los galeses son muy de lo suyo. Pero menos mal que viene. Y casi lo ves como una suerte para ella que pueda estar mañana aquí. Y que le pueda cantar «Total eclipse of the heart» a El Cid, Miguel de Cervantes o a Alfonso IX, que ha sido el último en incorporarse. Lo ves hasta casi más suerte suya que nuestra. Aunque sea nuestra oportunidad de escuchar la canción más cantada en los karaokes del mundo. Ese «Total eclipse of the heart», que incluso hoy tiene el doble de reproducciones que «Si antes te hubiera conocido», el bombazo del verano de Karol G.

Vendrá a «ese cuadrilátero irregular pero asombrosamente armónico», que describió Miguel de Unamuno. Y ojalá suba a las torres de la Catedral, como quiere el alcalde. Y él dice que por la marca Salamanca. Y otros, que para que disfrute de una belleza única. Para que comparta nuestra suerte, aunque sea por un día. Para que comprenda el espíritu de una ciudad que prácticamente se levanta en armas si se pone un macetero gigante en la calle Compañía.

Viene Bonnie Tyler. Y es increíble. Y lo es porque aunque seamos salmantinos y estemos enamorados de nuestra ciudad, Salamanca es lo que es: pequeñita para que venga Bonnie Tyler. Por mucho que queramos, no podemos competir en conciertos con una ciudad como Valladolid. Y posiblemente la receta del futuro sea la de este año, la de no concentrar las fiestas para que duren más y cuesten lo mismo: primero la agropecuaria, después los conciertos y ahora, los toros. Y para que primero los restaurantes y hoteles estén llenos por Salamaq; después los bares estén abarrotados por los conciertos; y ahora, por los toros, no se vacíen. Y así que sea un mes de fines de semana en los que es casi imposible reservar mesa y se mueve el dinero, que falta hace.

Y para que venga Bonnie, está la Plaza Mayor. Y para que venga Omar Montes. Y para artistas de caché alto pero que lo rebajen por cantar en nuestra Plaza o le hagan hueco en su agenda. Y para que así los disfrutemos. Y gratis, que en las fiestas se ve que no nos gusta pagar.

Y con tanto concierto como el que hay este año, y bueno, se ve que la Plaza es para artistas que puedan llenarla. Y no es tirar de discurso de la Plaza como monumento nacional, intocable, que no es eso. Es tirar de lo visto, que 5.000-10.000 personas en un concierto son muchas, pero en esta Plaza, que no es pequeña, parecen pocas. Y que Siloé en el Fácyl demostró que el Patio Chico es impresionante para conciertos. Y quizás se hubiera disfrutado más a Tu otra bonita en un lugar espectacular, pero algo más recogido. Que de esos tenemos. Y la Plaza Mayor tampoco lució como el mejor sitio para Sexy Zebras, ni la hora. Y así que la Plaza sea para los que puedan afrontar el reto de llenarla, que no es desmerecer al resto. Y que, así, agarrados a esa exclusividad, vengan más.

En la Plaza se recuerda el concierto de Miguel Ríos, en 1982, el más multitudinario porque había gente hasta en las farolas. Y se recuerdan otros de grandes, como Joaquín Sabina. Y la Plaza Mayor acogió el festival de Radiocadena y con el festival vino el concierto de Talk Talk, el primer salto internacional y que hasta fue retransmitido por la 2 de TVE cuando sólo había dos cadenas y en una no estaba Broncano.

Viene Bonnie Tyler. Y pocos se lo explican, salvo por la viveza de contratarla con el atractivo de la plaza más bonita del mundo. Quién nos iba a decir que íbamos a poder disfrutar de ese «Total eclipse of the heart» y de mucho más.

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