Secciones
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
En enero de este año, la actriz Anabel Alonso ganó MasterChef Navidad. Lo hizo con un menú llamado 'Biografía', que estaba inspirado en los lugares que marcaron su vida. El entrante lo denominó 'Hasta los andares', una deliciosa secuencia de ibéricos con la que quiso rendir homenaje a la familia de sus padres, naturales de Nava de Béjar y Ledrada.
En numerosas entrevistas, la también humorista recordó con cariño su infancia y adolescencia en la provincia de Salamanca y cuando quiere desconectar y cargar pilas se refugia en su casita de la Sierra de Gredos, cerca de Béjar. Vamos, que aunque haya nacido en Baracaldo, desarrollara toda su carrera en Madrid y se sienta como una desarraigada -algo que nos pasa a más de uno- también es muy de aquí.
Quizá por eso el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Béjar, Javier Hernández Carrión, le propuso pregonar las próximas fiestas de la ciudad textil, que se celebrarán entre el 1 y el 10 de septiembre.
Este edil del Partido Popular ya dio muestras de su forma de entender la política a los pocos días de tomar posesión. Puso en marcha la primera comisión de fiestas con la idea de implicar a la ciudadanía y, sobre todo, a hosteleros, comerciantes, peñas y asociaciones en formar parte de la organización de los festejos. Porque las fiestas de un pueblo o de una ciudad son de todos, no de los que han ganado unas elecciones municipales.
Por eso, resulta ridículo que los ayuntamientos gobernados por partidos de derechas tengan que contratar a cantantes que hayan manifestado su cariño por Feijóo o Abascal y allí donde mandan los socialistas solo puedan verse sobre el escenario a los famosos artistas de la ceja.
Por cierto, dos ayuntamiento del PP -el sevillano de Bormujos y el jienense de Villacarrillo- han suspendido los conciertos que tenían previstos de José Manuel Soto. Debe ser que la cuarta ola de calor le dio bien fuerte en la cabeza al cantautor y escribió un mensaje incendiario en la antigua red del pajarito azul -ahora misteriosa X- en el que decía que iba «a aprovechar este momento de sosiego veraniego junto al mar para hacer uso de mi libertad de expresión y cagarme en @sanchezcastejon -Pedro Sánchez, para los mortales que no tienen redes sociales- en su puta madre y en los millones de hijos de la gran puta que están de acuerdo con que España esté en manos de sus peores enemigos, que os jodan'. Así, sin anestesia. Aunque luego haya pedido perdón, el sevillano quedará marcado para siempre, si es que no lo estaba ya.
Anabel Alonso, sin llegar a los exabruptos del este ultramontano, también ha sido de gatillo fácil en redes sociales. Y le ha gustado atizar a todo lo que suene a derechas. Por eso, no es extraño que cuando las hordas tuiteras se enteraron de que iba a pregonar las fiestas de un municipio gobernado en coalición por Partido Popular y VOX, le saltaran a la yugular. Tanto de un extremo como del otro.
Qué quieren que les diga. Yo me quedo con la postura de este joven edil popular bejarano que, a sabiendas de que la artista no era de su cuerda ideológica, le propuso pregonar las fiestas. Y me quedo con la actitud de la actriz que sabe distinguir perfectamente entre un pregón de fiestas y un acto de partido. Ojalá su discurso en el balcón municipal sea un cántico a la tolerancia. Y no entiendo la decisión del grupo 'A cal y canto' que ha preferido no actuar en las fiestas de Béjar porque la localidad está gobernada -según ellos- 'por la extrema derecha'. Más de lo mismo: o conmigo o contra mí.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.