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Opinión

Lo siento mucho

¿Alguien se imagina que a la presidenta de Italia le hagan pedir perdón por hechos que datan de la época del Imperio Romano?

Viernes, 27 de septiembre 2024, 06:00

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Nos quejamos de que en España y en pleno 2024 tenemos a Franco hasta en la sopa. Van a cumplirse 50 años desde que el dictador murió y todavía es un tema recurrente en el parlamento español. Cuando unos piden que se pongan tornos a la inmigración para tener un mínimo control sobre cuántos y quiénes entran en el país, un contraataque recurrente es Franco. Sube el paro, Franco. Amnistía, Franco.

A raíz de esto uno piensa que el nivel de nuestra política es de lo peorcito, pero nos han superado y lo han hecho con creces. ¡Viva México!

Ya se habrán enterado de que México tiene nueva presidenta, que la próxima semana celebrará su ceremonia de investidura y que el Rey Felipe VI no está invitado «porque todavía no ha pedido perdón».

¿Perdón por qué? ¿Qué nos hemos perdido? A lo mejor es que el prudente Felipe VI ha tenido algún gesto fuera de lugar en algún acto en México. Algo así como cuando su padre soltó el mítico '¿Por qué no te callas?' a Hugo Chávez.

Pues no. Al Rey de España no le instan a pedir perdón por nada que él haya hecho. Tampoco por alguna que haya liado su padre -que hay que reconocer que han sido 'bárbaras'-, o su tatarabuelo… Es un pelín más absurdo que todo eso. Le piden explicaciones por hechos del año 1521: unos dos siglos antes de que los borbones reinaran en España.

En 2019, el presidente de México López Obrador envió una carta a la Zarzuela exigiendo que España pidiera disculpas por las violaciones de los derechos humanos que se cometieron hace más de 500 años y como no fue respondida se han indignado.

Me pongo en el pellejo de cualquier trabajador de la Casa Real que recibiera esa carta y pensaría que solo hay dos opciones: o se trata de una broma bien falsificada haciéndose pasar por el gobierno de México, o alguien en Cuauhtémoc ha cogido papel y pluma con cuatro tequilas de más, se ha venido arriba y ha echado la carta al buzón antes de que se le pasara la moña. La opción de que esa fuera una misiva oficial, de un país serio como México ni se contemplaría.

¿Ustedes se imaginan que a la italiana Meloni le tiraran en cara cuentas pendientes del Imperio Romano por media Europa?

Estuvo atinado ayer el periodista Carlos Alsina cuando recordó que hace aproximadamente una década, el emérito Juan Carlos sí que pronunció un discurso -respetuoso y disculpatorio- en el que hacía alusión a la crueldad que se estilaba hace cinco siglos en procesos de colonización o conquista como sucedió en México.

Significa esto que, a poco que se haya documentado López Obrador y su equipo, la famosa carta pidiendo disculpas responde más a un extraño complejo racista o a muchas ganas de desviar la atención.

Lo del supuesto racismo no nos es extraño en Salamanca. Recuerdo que el dueño del Salamanca UDS, el mexicano Manuel Lovato, ha aludido en varias ocasiones al racismo que percibe por parte de la sociedad salmantina cuando se critica la marcha del club.

No queda otra que hacer caso omiso a esta absurdez política iniciada por México, alimentad por México y que no debería tener más recorrido. Pero si se ponen modorros, como sugerencia cachonda, podría darse por cerrada la polémica de la manera más bizarra. ¿Quieren unas disculpas de la Casa Real? Ahí van: «Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir», que ya dijo un Rey.

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