Ni tan mal

Es inevitable. Cada vez que Sacyl afirma que la demora media para tener cita con el médico de familia es de dos o tres días, uno tiene la tentación de hacer la prueba con su médico, así que entra en la app de Sacyl Conecta, solicita la primera fecha disponible y… «A mí me dan para dentro de cuatro días», «A mí, una semana», «A mí, directamente, me dice que no hay huecos disponibles».

Lo que esta estadística dice es que si tú ahora mismo necesitas una cita con el médico de familia, el primer hueco que existe disponible está dentro de un margen de 48 horas, pero ese hueco, por lo que sea, no lo encuentra la aplicación móvil, sino que tiene que gestionarse a través del centro de salud. Por teléfono o en persona, pero con un administrativo.

Dentro de la comodidad y las muchas ventajas -no se las vamos a negar- que tiene la aplicación de Sacyl, es evidente que tiene una carencia gorda y es el sistema de petición de citas.

Mal está que existen huecos disponibles que la aplicación no detecta, pero también está mal que en un hipotético día en el que toda la agenda esté vacía, no puedas ir directamente a la hora que mejor te viene, sino que sea necesario probar distintas peticiones de hora hasta que aparezca una que te cuadre.

Lo ideal sería un menú desplegable en el que las horas disponibles aparezcan en un color y las horas ya ocupadas, en otro. Algo así como cuando pides cita para pasar la ITV, para hacer la declaración de la renta o cuando reservas mesa por internet en un restaurante. De un simple vistazo ya ves lo que puedes elegir y lo que no e, incluso, encuentras esos 'chollos' en forma de huequitos sueltos que con el actual sistema te comerías.

En cualquier caso -tecnología aparte- lo importante es que, en un contexto generalizado de hundimiento de la Atención Primaria, puedas ser visto por el médico de familia en menos de 48 horas. O en menos de 24 horas, porque otro de los mensajes que se reiteran desde Sacyl es que a nadie se le va a negar la atención si se presenta de urgencia en el centro de salud. Lógicamente, tendrá que esperar a que haya pasado el último de los pacientes con cita, pero será recibido. De hecho, no es nada excepcional. Un centro de salud grande como el de Garrido Norte promediaba hasta hace poco más de 15 pacientes sin cita todos los días.

No sé si es que «no estamos tan mal» -como decía Laporta-, o que estando mal, somos tuertos en un país de ciegos. Porque el mito de que la sanidad vasca era 'cinco de estrellas gran lujo' se empieza a desmoronar.

Consulté a unos amigos franceses cuánto tardan ellos en tener cita con un médico de familia y me dijeron que «algo más de una semana». Aquí con esas cifras ya estaríamos desfilando con antorchas hacia la Gerencia. Tienen, eso sí, un sistema interesante. Ellos no lidian con una aplicación o un contestador automático, sino que cuando piden cita les preguntan que cuál es el problema, se hace un primer triaje y en función de la gravedad se les asigna una fecha o se les autoriza a acudir directamente al hospital.

Es muy buena idea porque, posiblemente, reduciría el número de visitas innecesarias a las urgencias hospitalarias. ¿Cuál es el problema? Que un administrativo no puede hacer esa valoración. En Francia la están haciendo enfermeras y enfermeros, pero en España ya se intentó algo parecido con la 'gestión enfermera a la demanda' y se tumbó porque se considera que esa valoración es en realidad un diagnóstico, y el diagnóstico es una responsabilidad exclusiva de los médicos. Y como aquí andamos tan sobrados de médicos de familia, si encima les ponemos a hacer de telefonistas…