Secciones
Destacamos
Tenemos elecciones el 28 de mayo de 2023. A los salmantinos nos conciernen directamente las municipales. Me pregunto cuál debería ser mi outfit para estar a la altura de las circunstancias.
Ante todo, perdónenme por haber incorporado el irritante vocablo (autito) que acaba de aparecer en el párrafo precedente. Habrán notado que se nos ha colado en el léxico español más reciente, sospecho que atraído por ciertos programas de televisión y por las redes sociales. Pero esta palabreja innecesariamente importada del inglés repiquetea en nuestros oídos cada vez más. Su significado es muy cercano al de la expresión castellana 'manera de vestir'. Y así, ¿qué manera de vestir será la más apropiada cuando me toque depositar mi voto el próximo domingo? ¿Con una sudadera? ¿Con un frac? ¿Con un chaqué? ¿Y qué tal unas bermudas? ¿Y una toga? ¿Con corbata?
El inventario de prendas de vestir es amplísimo, y los límites entre categorías son tremendamente borrosos. Por ejemplo, no es siempre fácil distinguir entre un polo y una sudadera, especialmente si ambos llevan bordados unos minúsculos cocodrilos verdes. Resolví entonces prescindir de excesivas particularizaciones, y me propuse resolver la clasificación de votantes atendiendo solo a la dicotomía con corbata/sin corbata, asumiendo que asistir al acto de votar con corbata daba un toque más formal y, por ende, más apropiado y ceremonioso.
Puede aducirse –y con razón– que esa atribución de mayor solemnidad a la presencia con corbata es seguramente abusiva. Salva nuestra argumentación el hecho de que es evidente que no llevar corbata no debe asociarse necesariamente a una exuberante campechanía. Sin embargo, parece verdad que la presencia en la vestimenta varonil de corbatas en cualquier grado de la escala cromática sí se corresponde, al menos en los días no feriados, con un mayor nivel de formalidad.
Así se explican, creo yo, mis permanentes vacilaciones sobre la conveniencia de ir encorazado a depositar mi voto. Todavía dudo al formular mi pregunta y su correspondiente respuesta: qué hago, llevo por fin corbata? -Sí/No-Y yo qué sé.
Por ahora ganan con mucho las negaciones. No me malinterpreten, no. Las que ganan son esas negaciones que anulan una orden, petición o consejo (por ejemplo «No bebas más, Federico», «No llevaré corbata»).
¡Albricias! Acabo de dar con una nueva justificación para no llevar corbata: no puedo soportar las listas cerradas de candidatos. Hasta que se creen siempre iré de trapillo a votar.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.