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VÍTORES A MÁQUINA

Hay cifras escalofriantes

Para los niños y jóvenes cualquier controversia vital es un pozo oscuro. Un salto al vacío, en muchos casos, literal

Viernes, 26 de mayo 2023, 05:00

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Ahora que llega la jornada de reflexión, hagamos intención. Y no de esta campaña electoral tan extraña que hemos vivido. Con varios temas que han marcado las dos semanas, una primera parte con los etarras protagonistas en las listas de Bildu, los anuncios gubernamentales de Pedro Sánchez en los mítines y en la segunda semana con la compra masiva de votos por correo en Melilla o Mojácar (Almería).

Hace unos días, Rafa Nadal, en una rueda de prensa histórica donde apuntaba a una pronta retirada, hacía diversas reflexiones y mencionaba la salud mental: «es vital, hay que entrenarla». Entrenar la mente, trabajar los valores. Entiendo que está íntimamente ligado. En una crisis de principios me parece muy difícil saber enfrentarse al equilibrio mental cuando cada vez está más arrinconado el esfuerzo, la frustración, la responsabilidad, la derrota, la victoria… Y eso, a los jóvenes y a los niños les lleva, no a no saber perder, sino a no contemplar la derrota como algo natural. No se pueden frustrar, no pueden enfrentarse a situaciones difíciles, no hay que suspenderlos, no tienen que esforzarse para conseguir un paso adelante, un curso más. Y entonces, cualquier controversia vital es un pozo oscuro. Un salto al vacío, en muchos casos, literal. Un 'sobre proteccionismo' exacerbado que nos lleva a la sociedad más infantilizada, tal vez, de la historia.

Vayamos más allá en la reflexión. Porque también hay datos. Y son escalofriantes. La conducta suicida es el principal motivo de consulta de los menores de edad. Es la primera vez que esto sucede en treinta años, desde que se puso en marcha la Línea de Ayuda de la Fundación Anar. Los casos de autolesiones se han multiplicado por 46 en diez años. Una situación íntimamente ligada al intento de suicidio. Es muy preocupante ver cómo aumentan las cifras sobre los problemas de ansiedad, de depresión, de trastornos alimenticios, de complejos y baja autoestima entre los menores de edad. Niños y jóvenes. Y en el punto de mira: la tecnología, que potencia estos problemas de forma transversal.

Los medios de comunicación, como siempre, jugamos un papel fundamental. Siempre hubo una directriz clara: de los suicidios no se informa. Intentábamos evitar el efecto contagio. Pero es llamativo que, por ejemplo, con la violencia de género se actúa completamente al contrario. Se cuentan todos los detalles, el lugar, el modus operandi, si alguna vecina escuchó los gritos o si los hijos estaban presentes… El suicidio se esconde. Pero esa información empieza a salir del letargo. Un problema no se ataja si no se visibiliza o no se llama por su nombre. Que provoque una reflexión y el escándalo en la sociedad.

Es imprescindible un plan estatal de prevención del suicidio elaborado por expertos, personas con talento, los mejores de nuestro país en la materia. Y es necesario también algo más profundo que un pacto de estado en la escala de valores de la sociedad actual. Con lo segundo resuelto, lo primero mejoraría.

Para la Reina Letizia la salud mental es una causa prioritaria en su agenda. Su apuesta por dar visibilidad es determinante y de sus discursos, muchas veces compartidos por su capacidad para transmitir, salen mensajes contundentes. Hace unos días inauguraba el XXII Congreso Salud Mental España. «No hay salud, sin salud mental. Todos en algún momento necesitamos parar, admitir, ser conscientes de nuestras debilidades…». En ese discurso también pidió una asignatura, en los colegios, en la que se trabaje la salud mental. Los políticos, tibiamente, también incluyen medidas para atajar este problema. Gracias al puro electoralismo (bienvenido sea en este caso) el presidente del Gobierno, en un mitin del pasado fin de semana en Valladolid, anunciaba una partida de 38,5 millones de euros para salud mental.

«Si nos frustramos a la primera de cambio, lo que hacemos es ser más infelices», decía Rafa Nadal ante los medios de comunicación. Son palabras de alguien que ha tenido que entrenar la mente pero que también ha recibido y ha trabajado los valores fundamentales para asumir que puedes caer, puedes perder, pero que con esfuerzo, sacrificio, tesón e intentado ser mejor que el contrario, puedes llegar a ser el número uno.

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