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El mundo está loco. La derecha en la calle protestando y la izquierda en casa diciendo que son '5 ó 6' cuando asisten a cómo el PP les gana en su espacio natural. Sí, tradicionalmente la calle siempre ha sido de la izquierda y en el pancarteo el PSOE siempre se ha sentido más cómodo que el Partido Popular, que si estornuda más de la cuenta cuando gobierna tiene a los sindicatos amenazando con huelga general. Ahora puede estar el litro de aceite a precio de caviar ruso que no dice ninguno nada. Y ahora es cuando más necesitan los líderes sindicales salir a la calle a protestar, pero no por sus ideales, que eso es lo de menos, sino para ponerse en forma que las mariscadas y la vida de 'patrón' dispara el ácido úrico.
Pues sí, fue un domingo de lo más extraño. La selección no había ganado nada y no había, por suerte, ningún acto terrorista de por medio, pero las calles estaban llenas de banderas de España y los 'Viva España' salían con soltura.
Impresionaba ver la plaza del Liceo a reventar con una marabunta de gente por todas las calles de alrededor. Como no sería de apabullante el 'no' a Sánchez, que la Delegación del Gobierno tuvo que 'admitir' 21.000 asistentes en el corazón de Salamanca, aunque pusieron la coletilla de que era la cifra que les había pasado el PP. Escuece.
La jornada dominical más extraña de los últimos tiempos iba a más cuando aparecían Mañueco y García Carbayo a los que costaba reconocer entre el bosque de banderas de España y de Europa. El himno nacional a todo volumen para cerrar el acto y el personal de lo más emocionado en el Liceo. Yo no daba crédito y me frotaba los ojos al estar viviendo un domingo más raro que aquellos de la época universitaria, cuando los sábados uno dormía mal y se levantaba de aquella manera. Pero es que en aquellos años todo estaba en su sitio, con todo el espectro zurdo apelando al 'le bailaremos en la calle' a la derecha que esté en el Gobierno.
Lo del Liceo terminaba a eso de las 12.30 horas y después estaba la concentración en la sede del PSOE de Salamanca, algo de lo que los populares huyeron de forma pronunciada. Allí el espectro político y las actitudes cambiaban. El personal enfilaba por la calle Prior con dirección al epicentro del socialismo en la Cuesta de San Blas y lo hacía subiendo un par de puntos el nivel de agitación. Era una especie de 'after' de un domingo loco contra el PSOE y su locura independentista con Puigdemont y su personal.
Los cánticos subían el nivel y allí no se libraba nadie. Desde el PSOE (también el PP), el Rey, 'rojos', comunistas, Sánchez, Puigdemont… Todos los allí presentes tenían el común que estaban muy enfadados con la amnistía, pero después entre ellos había discrepancias y es que se afeaban según qué cánticos… Eso sí, las proclamas en las que se acordaban de las madres de Sánchez y Puigdemont tenían un respaldo unánime.
Por cierto, no hubo ningún incidente y todo transcurrió con normalidad en la mañana de ayer tanto en el Liceo como en la Cuesta de San Blas. Eso sí, algún cobarde aprovechó la noche del sábado para romper el cartel del PSOE en la sede. Por desgracia, siempre hay alguno que no mide.
El caso es que todo muy bonito, pero para qué va a servir. Pedro Sánchez y Carles Puigdemont van a completar esta infamia y el líder socialista seguirá, de momento, en el Gobierno mirándose al espejo preguntándole quién es el presidente más guapo de la Unión Europea.
La verdad es que Sánchez es genial. Nadie en la historia había conseguido sacar a la calle un domingo por la mañana a millones de votantes de derechas. El PSOE gobernará, pero está perdiendo la calle y cuando uno pierde su espacio natural...
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