Carta al ministro Ábalos

Estimado ministro de Fomento, don José Luis Ábalos Meco. No tengo el gusto de conocerle, pero me gustaría transmitirle con esta misiva la indignación y la frustración que sienten muchos salmantinos por sus constantes desprecios a esta tierra. Le pongo en antecedentes. Esta pasada semana al fin se dignó a contestar la carta que le había enviado el alcalde de mi ciudad, Carlos García Carbayo. En ella le exigía la recuperación de los servicios ferroviarios que conectan Salamanca con Madrid que había antes de la pandemia. Le recuerdo que actualmente los habitantes de esta ciudad solo disponemos de un Alvia diario (dos los fines de semana) cuando antes de la declaración del primer estado de alarma había cuatro. Quiero decirle que la misiva que envió al primer edil es deplorable. Insultante. Digna de un personaje siniestro e incapaz al mismo tiempo. Un mameluco de la política al que le ha caído un ministerio como al que le cae una castaña del árbol, ahora que estamos en la época. Le debería dar vergüenza mentir de forma tan descarada. Es gravísimo que una comunicación rubricada por el titular de Fomento contenga infundios de ese calibre. En primer lugar, asegura que la demanda de plazas para estos trenes ha bajado. Por supuesto señor Ábalos. Son puras matemáticas. Si previamente a la pandemia había cuatro servicios diarios y ahora solo hay uno, es lógico que haya menos viajeros. Pero lo más grave es que culpe al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, y a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, de haber solicitado esa reducción de los trenes, cuando precisamente pidieron todo lo contrario. Más frecuencias para evitar que, como ocurre ahora, los trenes vayan llenos y no se cumpla la distancia de seguridad. Usted, y solo usted, está jugando con la salud de los salmantinos. A este paso nos vemos viajando a Madrid en el antiguo TRD de gasoil y empujando para que se ponga en marcha.