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A Pedro Sánchez debieron decirle sus compañeros de gobierno socialcomunista que se habían olvidado de Salamanca al elaborar el proyecto de Presupuestos Generales del Estado antes de hacerlos públicos. De modo que deprisa y corriendo se sacaron de la chistera -no les llevó más de media hora- 53 millones de euros. El año de los macroproyectos con fondos procedentes de Europa para remontar la crisis provocada por el coronavirus, el Ejecutivo del ‘plantas’ Pedro Sánchez se atreve a recortar las inversiones que destina a Salamanca, ya que supone meter la tijera para robarnos siete millones de euros en comparación con el presupuesto anterior. Y para colmo, alarga aún más los principales proyectos que decían -cuando estaban en la oposición- que Rajoy mantenía en un cajón. Es decir, que Sánchez y los ‘ilustrados, ilustradas e ilustrades’ que le acompañan en el Consejo de Ministros directamente se han cargado los armarios de Rajoy, con lo que es ya imposible observar cualquier rastro de la electrificación de la línea férrea entre Salamanca y Fuentes de Oñoro, así como el enlace de Buenos Aires para conectar las autovías A-62 y A-66. Muerto el perro, se acabó la rabia. Hay que tener un rostro como el hormigón armado para cometer semejante tropelía y que no se te caiga la cara de vergüenza. Antes, al menos, con algo de decencia, el PSOE se inventó el Plan del Oeste para tapar sus vergüenzas hacia nuestro territorio. Ahora no oculta su desvergüenza. Eso sí, el marrón se lo dejan a David Serrada, quien será el encargado de dirigir al Partido Socialista Obrero Español en Salamanca. De momento, ya le han puesto una zancadilla como la que Andoni Goikoetxea le dedicó a Diego Armando Maradona. Un tipo honesto y cabal tendrá que partirse la cara (metafóricamente, claro está) para justificar lo injustificable. A Pablo Casado le bastará con no abrir la boca para continuar con la hegemonía popular en Salamanca.

Mientras tanto, el Ejecutivo social comunista continúa poniéndose de perfil ante el bochornoso incremento del precio de la luz y de los combustibles, con un lamentable silencio cómplice de la izquierda, que parece estar feliz con esta situación. Es como si Iván Redondo hubiera dejado un plan maquiavélico encima de la mesa antes de salir por la puerta: compensamos este incremento con más ayudas, más subvenciones, más salarios mínimos y más ingreso mínimo vital y así nuestros votantes estarán felices. Eso sí, una buena parte de su electorado no está compuesto por estómagos agradecidos, que hace tiempo han calado la catadura moral (o mejor dicho inmoral) de Pedro Sánchez.

El PSOE se parte el alma en Salamanca acusando al PP local y al PP regional de no impulsar programas e iniciativas para retener a los jóvenes y crear empleo de calidad. Pero con estas mimbres que nos dejan los Presupuestos pocos cestos vamos a ser capaces de hacer en Salamanca, con la menor inversión por habitante en la Comunidad. De momento, hoy Junta de Castilla y León, Diputación, Ayuntamiento de Salamanca y la Universidad realizan una apuesta por el fomento del emprendimiento y la retención de talento. Obras son amores.

Pero a este paso me atrevo a pensar que solo falta que la DGT se proponga cambiar la dirección de las señales que apuntan a Salamanca para beneficiar, por ejemplo, a ciudades gobernadas por el PSOE: Valladolid o León. O directamente, eliminar las señales de Salamanca para que quede definitivamente instalada en el olvido. El último invento de la factoría de Pedro Sánchez es ocultar en los Presupuestos otra subida a los autónomos, lo que repercutirá en un incremento de entre 93 y 401 euros más en 2022, por supuesto, sin negociación previa con los representantes de los trabajadores por cuenta propia.

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