Anticipos a cuenta
Lunes, 8 de noviembre 2021, 04:00
Un espanto considerable me acometió hace un mes, cuando vi por las calles principales de nuestra ciudad, los andamios móviles que instalaban las primeras luces ... de Navidad.
No es posible, me dije, que sin acabar septiembre ya entremos en la lucernaria callejera de las estrellas de Oriente y demás ornatos del solsticio invernal. ¡Qué peste!
La respuesta a tanto anticipo la dio el periódico La Voz de Galicia, cuando dijo que en Vigo- 250.000 habitantes- empezaron a instalar las luces a principios de agosto, y Abel Caballero, el alcalde de sucesivas mayorías absolutas, ha convertido la iluminación navideña de su ciudad en un acontecimiento europeo, con más proyección que las de París o Londres y todos los políticos quieren emularle.
Pero no son sólo las Navidades las que anticipan los comercios en los escaparates con derroche de turrones y mazapanes, son todos los acontecimientos los que ahora se adelantan muchas semanas en su proyección publicitaria a la fechas del evento.
Así ante el curso escolar que empieza en septiembre ya bombardean a los padres desde mitad de julio para que compren libros y uniformes, la primavera acude a los grandes almacenes mucho antes de que cedan las heladas en las altas tierras de la meseta, las empalagosas ofertas del Black Friday nos marean desde Septiembre y los planes de veraneo con sus playas y apartamentos nos los ofertan antes de que termine la Semana Santa.
El orden del calendario con sus efemérides rutinarias y estacionales, se anticipa de tal manera en sus propuestas comerciales y propagandísticas que ya no sabemos si las castañeras instalarán sus casetas de brasero en la esquina de la Plaza de Los Bandos a mediados de agosto, o las procesiones del Jueves Santo se apalabrarán a principios de enero.
¡Qué cansina propaganda! Qué falta de sosiego y respeto al ritmo de las estaciones, qué desmedida oferta, ansiosa por vender el primer árbol de Navidad en septiembre, las primeras cerezas en febrero, las hogueras de San Juan en abril...
Será signo de los tiempos, frente a los que nada pueden hacer los lamentos de los escribanos, pero un poco de sosiego que convoque a la mesa de Navidad en diciembre, y celebre la primavera en su momento.
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