La Sanidad, en caída libre

Hablando de competencias autonómicas, al día de hoy, y no sólo por lo que está sucediendo en Cataluña, todo el mundo que no sea un borrego, un palmero, o un estómago agradecido (aunque las tres cosas juntas suelen ir asociadas) tiene claro que ciertas parcelas de la Administración nunca deberían haberse transferido, básicamente Educación, Justicia e Interior, y Sanidad. Dejar la gestión de miles de millones de euros en manos de botarates es un disparate que nos ha conducido a una administración farragosa, lenta y dispersa -todo lo contrario de lo que se pretendía- que, en el caso de la Sanidad, es especialmente traumático para el ciudadano, que ve con impotencia que su salud depende de dos factores: la suerte y, sobre todo, la casualidad de caer en manos de profesionales que, sólo con su vocación, mantienen en pie el tinglado público, carcomido por el amiguismo y la impunidad. En Españistán, igual un médico sin experiencia hunde "CajaDuero" y se va de rositas, que un "pelanas" dirige toda la Sanidad de una comunidad autónoma. Y en regiones manifiestamente corruptas, como Andalucía o Cataluña, imagínense el cuadro€Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más