El boulevard de Canalejas

En las vísperas de la noche más corta y el día más largo, nos hemos quedado a oscuras. Se han marchado la luz y las vanguardias. La fachada municipal –no tan rica como la universitaria—vuelve a ser una y monocolor, a diferencia de las que hemos visto estas pasadas noches. La tarjeta de visita de la Plaza Mayor vuelve a ser permanente y no efímera, como las que han surgido de la luz. La otra noche pensé en aquellos que vieron nuestra Plaza iluminada por primera vez y pude imaginar su fascinación por el invento, similar a la que algunos hemos experimentado al ver los efectos de la luz y la vanguardia en ella. El tiempo, además, ha contribuido al lleno y a la romería a los santos lugares iluminados por el talento: Catedral, Casa de las Conchas, San Esteban, MonterreyCon estaciones de "penitencia" en cada barra o terraza que se encontraba al paso. Después de meses refugiada en casa, la ciudad ha hecho suyas las calles, como los romeros de Cabrera han hecho suyo el valle de su venerada imagen, y daba gusto sentir el ambiente hasta bien entrada la madrugada.Empujados por el arte más luminoso o la luz más artística entramos en la semana del verano y de la noche de San Juan. De nuevo las hogueras, otra vez el bañador y la toalla. Peregrinaremos al Zurguén a saltar la hoguera y aspirar el humo en el salto para prevenir males mayores; hay todo un ritual alrededor de la noche más mágica. Y lo de la piscinaesto es otra historia. Esta semana, además, comienzan las obras para convertir el Paseo de Canalejas en boulevard de Canalejas. El término paseo lo heredó de otro tiempo, cuando en realidad lo era. Había, entonces, pocos coches y la gente paseaba desde la Alamedilla al Espolón. Así se llamaba entonces el murallón o balcón que se asomaba a la Fundación Rodríguez Fabrés, a los pies del Manicomio. La antigua casa de locos se hizo facultad de Ciencias de la Educación, así que hoy nadie llama a este tramo Cuesta de los Locos, como tampoco nadie se refiere al del colegio de los escolapios como Acera del Jesús. Así se llamaba por el convento de bernardas que hubo ahí y del que queda su capilla, integrada en el colegio. Las monjas se marcharon al Camino de las Aguas y desaparecieron recientemente. Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más