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José Antonio Bonilla
Sábado, 16 de junio 2018, 06:45
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Sabía que mi amigo Avelino Luengo estaba, desde hacía tiempo, fraguando un libro. Cuando ha llegado a mis manos "El hechizo de Circe, poemas", lo he leído y disfrutado. Editado por Amarú de forma impecable. El autor durante muchos años vivió en Madrid, donde estudió periodismo y Ciencias Políticas en la Complutense, allí trabajó y llegado un momento dejó la capital de España y se refugió en Torrecilla, en el campo charro, donde las longevas encinas y el dolmen cercano a su casa, dan testimonio de la antigüedad de esas tierras, la imagen de la dehesa la proporciona el toro bravo pastando. Aquí escribe alejado de la zozobra juvenil en el libro se mezclan lecturas, vivencias y pasiones. En el poeta se cruzan y entreveran diversas corrientes literarias. Más que del surrealismo parte del modernismo. Su poesía se entiende. Sin olvidar los poemas conceptuales que siguen la línea de Paul Valery y del maestro Jorge Guillén. En toda su poesía está presente el expresionismo, en su mejor representación: Georg Traktl. Le sirve para profundizar en el ser humano. Así como en el amor y el desamor. La visión de la realidad en un poeta muestra diferentes grados de sensibilidad. Es irreverente en ocasiones, siempre lo ha sido y ve el mundo con ironía, de forma ácida. Se burla de la hipocresía, de los convencionalismos, de los estereotipos. Busca la originalidad con frases nuevas. Hay en todo el libro un intento de musicalidad, especialmente, en los sonetos. Por último, aunque se muestra escéptico no pierde del todo la esperanza en el ser humano. Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más
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