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De bonito a patético

De bonito a patético

Julián Ballestero

Jueves, 14 de junio 2018, 06:45

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El "Gobierno bonito" de Pedro Sánchez está degenerando a marchas forzadas en un "Gobierno patético". Es lo que tiene apostarlo todo a la imagen, que un bello espectáculo puede degenerar en un público bochorno en cuanto te descuidas.Por el momento, el bisoño Gobierno socialista ha conseguido batir al menos dos récords nacionales en menos de una semana. El primero y más sonoro, el del ministro más efímero de la historia de la democracia en España, con seis días, 144 horas, a cargo de Màxim Hurta (perdón por la errata), dimitido sin haberse estrenado en el cargo por defraudar a Hacienda. Y el segundo, el de hacer el ridículo defendiendo lo indefendible para verse corregida por los hechos tan solo cuatro horas después, marca en poder de la nueva ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, que salió ante los medios de comunicación para justificar a su colega de Cultura y Deporte sin guardar la necesaria prudencia y sin tener ni idea de que iba a dimitir de inmediato.Decía Valerio que el ministro Hurta (perdón) estaba "al corriente de pago" con Hacienda y que su caso "se resolvió hace muchos años, cuando él cumplió con las obligaciones fiscales". "No me consta eso del fraude fiscal, todo ciudadano tiene derecho a la tutela judicial efectiva. Y si no está de acuerdo con aquello que se resolvió, puede recurrir. Después pagó, por lo tanto, no hay más que decir", sentenció la titular de Trabajo, olvidando que su jefe de filas, Pedro Sánchez, se comprometió en 2015 a echar de su equipo a quien hubiera creado una sociedad interpuesta para tributar menos. Las promesas las carga el diablo.Como todo en este Gobierno va a ser gestión de cara a la galería, porque gestionar y gobernar de verdad ni puede este Gobierno socialista en "mini minoría" ni le van a dejar, Sánchez se apresuró a llamar a Moncloa al nuevo aspirante a presentador de programas de telerrealidad para aceptar su dimisión, por no manchar la presunción de ejemplaridad de su equipo a las primeras de cambio. Así va marcando distancias con la exasperante lentitud de su antecesor en el cargo y evita críticas en el Congreso y en los medios de comunicación, que es realmente lo único que le preocupa.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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