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Torrente Ballester se va a Santiago

Torrente Ballester se va a Santiago

PACO NOVELTY

Lunes, 30 de abril 2018, 06:45

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El título de este artículo, aunque sea un endecasílabo, no es una imagen poética o una ficción literaria sino pura realidad, porque mañana martes dos de mayo, 210 aniversario del levantamiento del pueblo de Madrid contra los invasores franceses, que retrató Goya en su famoso cuadro y recreó Galdós en sus Episodios Nacionales, mañana, digo, estará la escultura de Torrente Ballester, que desde hace veinte años, dignifica con su presencia sedente los veladores del Café Novelty, rumbo a su querida ciudad de Santiago de Compostela, donde se aposentará, en el salón de actos de la Fundación Torrente Ballester, para recibir la visita de sus paisanos hasta el 13 de Junio. Está la Fundación enclavada en el corazón artístico de Compostela, en la Rúa do Vilar, una senda porticada por donde alcanzan los fatigados peregrinos la magna, la deslumbrante Plaza del Obradoiro.Abandona pues Torrente el Café de la Plaza Mayor por segunda vez en su historia, ya que hace siete años embarcó rumbo a Munster, una ciudad del Norte de Alemania que organizó un Congreso Internacional sobre su obra, que presidió la estatua del escritor.Mañana es pues su segunda salida, como la de Don Quijote, en pos de su querida Santiago, ciudad donde residió durante dos años y que está tan presente en toda su evocación e invención literaria. Estuvimos días atrás visitando la sede de la Fundación, acogidos por la hospitalidad y el talante de su actual director, Miguel Fernández Cid, que nos hizo un recorrido por las tres plantas de la sede, una magnifico palacete romántico muy bien rehabilitado.Allí se conservan primorosamente catalogados, los cerca de quince mil volúmenes que formaban la trabajada biblioteca del escritor. Libros gastados por el uso frecuente, anotados y fatigados por el esfuerzo lector, muchos de ellos dedicados por sus múltiples amigos escritores.Libros a los que Torrente dedicó miles de horas de su vida, siempre que sus ocupaciones docentes y su numerosa prole se lo permitían.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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