Hombres y animales en su sitio

La aprobación por unanimidad en el Congreso de los Diputados del régimen jurídico de los animales debe ser recibida con tranquilidad, ya que viene a ratificar legalmente uno de los objetivos fundamentales de quienes propugnamos el lema de que los hombres y los animales deben estar en el sitio que les corresponde.Esto es, de una vez por todas nuestros congresistas han estado unánimemente de acuerdo para resolver un problema que no parece menor. En efecto, el objetivo principal de esta proposición de ley, que es como se denomina en estos momentos, es que quede sentado el principio de que los animales son diferentes a las cosas o a los bienes materiales, puesto que los mismos al estar dotados de sensibilidad, debe ser respetada esta cualidad.Quizá, puede resultar llamativo que ahora se contemple el bienestar del animal frente al interés, por ejemplo, de los menores, o el valor del animal frente a la dignidad de la persona estableciendo, así mismo, que el derecho de uso o disfrute del animal no ampara ni el maltrato, ni el abandono, ni el sacrificio de éstos, salvo en los casos establecidos en las normas legales o reglamentarias.Todo ello no quiere decir, ni mucho menos, que se reconozcan derechos a los animales, pues los derechos corresponden en exclusiva a las personas, sino que lo que se establece con más claridad son las obligaciones que se tienen hacia éstos como seres dotados de dicha sensibilidad.A partir de ahora, la polémica sobre los supuestos "derechos de los animales", ha quedado, a nuestro juicio, desvanecida y sin contenido alguno puesto que, ni los animales tienen derechos ni las personas, que si los tienen, pueden tratarlos como meras cosas o bienes materiales, quedando moduladas las facultades de uso y disfrute del animal y su disposición sobre el mismo, atendiendo siempre a su bienestar. Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más