Borrar
Para hombres hechos y desechos

Para hombres hechos y desechos

Alberto Estella

Sábado, 27 de mayo 2017, 06:45

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

A mi querido Tony KalerAyer pasé uno de esos ratos de plenitud —la que cabe por aquí—, que medio preparas, o aparece no se sabe cómo, quizá esa fuerza desconocida e irresistible que aseguran que no existe, pero todos la hemos padecido o bendecido. ¿El día más feliz de mi vida? Tampoco es eso. Se aparecería mi hermano Pepe, "Pepito oro molido", para recordarme con guasa la salvedad inexcusable del niño católico bien criado: el día más feliz de tu vida, ojo, "después de la primera comunión". Además cada día mide uno menos la dicha y sus escurrajas. Procuras asir el momento —carpe diem—, y cuando acaba, tanto gusto, hasta la vista, y mejor no comparar con aquel atardecer encendido, el sueño imposible que tuviste de adolescente, o la belleza de un Adagio que te fascina. Siempre marchitará la rosa el viento helado. En mi memoria reciente, un Dry Martini en el campo de golf con Juan Mari López; y otro en el Casino —que ahora "okupo"—, con el degustador veterano y nostálgico Víctor Salvador, ambos excelentes. Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios