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Una taurina en Silicon Valley

Una taurina en Silicon Valley

ISABEL BERNARDO FERNÁNDEZ

Lunes, 10 de abril 2017, 02:12

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De la mano de ASPE y de dos nombres del periodismo salmantino, Elena Martín (cadena SER) y Roberto Zamarbide (La Gaceta), entró Rosa Jiménez Cano al Casino de Salamanca. Recién llegada de Silicon Valley: ese metónimo que nos traslada directamente al mundo de la robótica, al igual que es decir Hollywood y ya estar pensando en el mundo del cine. Y tal y como estaba previsto, así sucedió. Rosa comenzó a hablar, y el patio del palacio de Figueroa comenzó a llenarse de seres de inteligencia artificial y corazón de litio, que, a no mucho tardar, serán eficaz y obediente mano de obra en todo tipo de empresas del mundo mundial. Hasta hace poco se pensaba que esto eran cosas de la literatura y el cine de ficción, pero no. Inconscientemente y en mayor o menor medida, todos hemos entregado ya parte de nuestro trabajo a las máquinas. Aquellos viejos cuadernos de cuentas y balances a lápiz han pasado ya a ser casi objetos de colección. Los ordenadores hoy por hoy ya guardan todos nuestros documentos, las fotos de familia, el listín de teléfonos, la agenda diaria, el correo€ y hasta el recordatorio de santos y cumpleaños. Los drones supervisan nuestro patrimonio, cuentan el número de encinas, miden las parcelas, alertan a Hacienda de nuevas construcciones, espían las infracciones de los conductores, y hasta filman a los invitados de una boda cuando se añusgan con el canapé. Pero aún así, la revolución tecnológica fuera de Silicon Valley, continúa siendo un asunto inquietante por todos los problemas añadidos que hay que resolver. Si la mayor parte del trabajo de bajo nivel va a ser llevado a cabo por estos seres computacionales, ¿qué va a pasar con los millones de seres de carne y hueso que hasta ahora se ocupaban de atender estas necesidades? Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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