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Una cierta sensación de orfandad

Una cierta sensación de orfandad

Julián Ballestero

Jueves, 30 de marzo 2017, 06:45

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De repente nos invade una cierta sensación de orfandad. Estamos sufriendo una catastrófica sucesión de abandonos. Juan Vicente Herrera se despide, aunque sea solo a medias, la Gran Bretaña de Theresa May pega el portazo a Europa con todas las ganas, los separatistas catalanes preparan a plena luz un golpe de Estado para abandonar España, Fernando Alonso está a punto de retirarse de la Fórmula 1 para competir en carreras de burros...En fin, que nos estamos quedando solos.Y es preocupante, sobre todo lo de Herrera, que se nos va a plazos, primero de la presidencia del Partido Popular de Castilla y León y dentro de un tiempo, quizás dos años, de la Junta. Aunque parece que también del número uno del PP se va pero no se acaba de ir. Lo suyo es un marcharse sin dejar de estar.Al menos ésa es la impresión que transmitió el pasado martes en la rueda de prensa de despedida en la vallisoletana sede de María de Molina. Le deja a su sucesor tantos deberes y tantos ámbitos intocables, que más parece un deseo de seguir mandando en la distancia que de ceder de verdad los trastos a Alfonso Fernández Mañueco.Para empezar, dejó muy claro que su Junta es suya y no se toca. "El Gobierno lo nombra el presidente y estoy satisfecho del Gobierno que tengo", avisó. Todo ello es cierto, tanto como que miembros muy significados de esa Junta se declararon abiertamente contrarios a Mañueco durante la campaña en la que compitió con el leonés Antonio Silván. Y algo debería decirles, por si no han tomado nota.También advirtió a su sucesor que el PP regional debe apoyar el programa con el que se presentó a las elecciones autonómicas. Su programa. Y lo dijo Herrera a sabiendas de que una parte muy importante del partido, en aquellas provincias donde con más fuerza se ha apoyado a Mañueco, ha discrepado y discrepa de partes sustanciales de ese programa. La Ley de Ordenación del Territorio, sin ir más lejos.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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