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La madre de los corderos

La madre de los corderos

Juan Antonio García Iglesias

Miércoles, 15 de marzo 2017, 05:45

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El anuncio que Herrera hizo de su retirada nos va a tener entretenidos unos cuantos días, no por Herrera, porque seguirá aburriendo a las piedras como siempre ha hecho, sino por el panorama político que de golpe ha abierto, un anuncio no sé si inesperado, pero sorprendente sí, porque llevaba amagando desde su última elección como presidente de la Junta de que estaba harto y quería irse, una y otra vez lo dijo, pero sin irse, incluso llegó a reconocer su desatención al partido, dando a entender de que tenía la cabeza en otras cosas y que pensaba seguir teniéndola, hasta que el otro día se armó de coraje, miró al espejo (idéntico al que un día le recomendó a Rajoy que se mirara), le consultó, vio que estaba de acuerdo y le puso fecha a su salida. Pues ¡alabado sea Dios! Por fin se ha hecho la luz.Algunos justificaban su indecisión y explicaban el hecho de que no acabara de dar el paso definitivo para anunciar lo que venía dando a entender por mera responsabilidad política, la de asegurarse un sustituto a su imagen y semejanza. Por los motivos que de sobra se saben, le falló estrepitosamente el primer elegido (elegida para ser preciso) y ahora le salen dos, a los que „dice„ conoce bien, quiere mucho, confía y aprecia, pero dos, aunque eso sí, criados ambos a sus pechos. Ahora resulta que Herrera es la madre „al menos de leche„ del cordero, bueno, más exactamente de los corderos, que se llaman Mañueco y Silván. Como buena madre que es los quiere por igual, para él no hay diferencias, por eso su neutralidad será "exquisita" y a la hora de la verdad (en la que „afirma„ votará en blanco) que sea lo que Dios quiera.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más

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