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Una vela a Dios y otra al diablo

Una vela a Dios y otra al diablo

M. Vicente

Martes, 6 de octubre 2015, 07:00

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No hay duda de que Juan Antonio Martín Mesonero, el bipresidente o tripresidente, tiene cogido por los perendengues al nuevo "líder" de los empresarios de la construcción. Si no fuera así, no se entendería la nota de prensa difundida el jueves al filo de la medianoche tras la primera junta directiva. Una nota que, para el que no estuviera puesto en los antecedentes mesoneriles, en las descalificaciones que ha ido vertiendo Mesonero a lo largo de los últimos años sobre todas las instituciones, nadie entendería. Aseguran no tener constancia de irregularidades en los procedimientos utilizados por el Ayuntamiento y la Diputación en la contratación de obras. ¿Y quién ha dicho que los hubiera? Pues Mesonero, pero hace un año. El hombre que es presidente de casi todo y que aspiró a presidir la caja resultante de la absorción de Caja Duero por parte de Caja España, arremetió, hace ahora casi un año, contra las administraciones „barrunto que casualmente coincide que sus empresas no trabajan con ellas„ dando a entender que prácticamente todo el sistema de adjudicación de obras era irregular por utilizar el procedimiento negociado sin publicidad „contemplado en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas„. Podría entenderse su crítica si hubiera escuchado al sector y lo hubiera hecho en defensa de la mayoría y por supuesto, estando él limpio. Pero no. Él se erigió también en portavoz de todos los constructores „algo por otra parte habitual en una persona que quiere ser el muerto en el entierro, la niña en el bautizo y la novia en la boda„, pero es que además, criticó un procedimiento del que él y sus empresas se habían estado beneficiando durante años en Peñaranda.Lo suyo es que el nuevo presidente de los constructores hubiera defendido el sistema de adjudicación de contratos de las administraciones públicas „si como parece beneficia a la mayoría del sector„ al tiempo que criticaba a quien lo puso en entredicho, es decir a Mesonero. Pero no, contra él nada.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA

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