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Cuando lo prometido era deuda

Cuando lo prometido era deuda

Juan Carlos García Iglesias

Miércoles, 26 de marzo 2014, 05:45

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Hay una frase que ha hecho historia: "Puedo prometer y prometo", una frase que quedó grabada en la memoria de los españoles que la oímos y que hemos vuelto a recordar ahora que a quien la dijo se le agotó la vida. Eran otros tiempos en los que prometer era endeudarse y el endeudamiento obligaba a cumplir lo prometido, porque la palabra se cotizaba muy alto y lo dicho iba a misa. Había entonces lo que ahora no hay: palabra y memoria para no olvidarla.Aquel "error, inmenso error" que supuso para Ricardo de la Cierva la elección de Suárez por el Rey como el hombre adecuado para sacarnos de la dicta- dura, resultó no serlo, lo prueba el hecho de que el propio De la Cierva fuese en 1978 nombrado consejero para asuntos culturales del Presidente del Gobierno, es decir, del objeto de aquel inmenso error, y en 1980 ministro de Cultura del Gobierno que presidía el susodicho objeto de aquel inmenso error que no fue tal.No solo prometió, lo cual no tiene mérito porque prometer es fácil „lo hacen todos, cualquier campaña electoral es un muestrario variadísimo de promesas que al final quedan en nada„ también cumplió lo prometido, y esto sí tiene mérito, a la vez que llamaba a los mismos que prometía no a la comodidad sino "al esfuerzo y al trabajo para hacer una España mejor". Eran tiempos en los que España estaba en boca de todos, porque España existía y se sentía viva, y el reto de continuar viviendo era empeño de todos, fueran de derechas, de izquierdas, de centro, referencias políticas que entonces tenían sentido, porque España éramos todos y a todos nos habló cuando nos invitó a arrimar el hombro para [juntos] sacar adelante la causa común y dijo sin miedo, llevado por la honradez y la bonhomía que siempre le caracterizó: "Vamos a soportar sacrificios, esta es la verdad, pero lo soportaremos todos, sin una sola excepción". Y así fue.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA

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