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Mensajes de desconfianza

Mensajes de desconfianza

Roberto

Lunes, 15 de julio 2013, 06:45

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Yo no sé si el primer ministro polaco espera algún acuerdo relevante del encuentro que mantendrá hoy en la Moncloa son su homólogo español, o si los periodistas acreditados tendrán interés en la situación de las relaciones bilaterales entre ambos países. Temo en cambio que el invitado de Rajoy, Donald Tusk, con nombre más de millonario americano que de político eslavo, tardará pronto en sentirse convidado de piedra en una rueda de prensa en la que los ciudadanos españoles miraremos con ojos inquisitoriales el grado de convicción con el que el líder del Partido Popular responderá a los dardos que va a recibir, todos ellos marcados con la imagen del extesorero de su partido."Yo estaré ahí siempre. Al final la vida es resistir y que alguien te ayude". "Tranquilidad... es lo único que no se puede perder". "Luis, nada es fácil, pero hacemos lo que podemos". "Se fuerte, mañana te llamaré". La divulgación del contenido de algunos de los mensajes de móvil que se intercambiaron Mariano Rajoy y Luis Bárcenas es el último mazo que ha golpeado la credibilidad del presidente del Gobierno desvelando la existencia de contactos entre ambos cuando Rajoy ya los negaba. La marea de sospechas sigue avanzando y los dirigentes populares, con su líder a la cabeza, continúan reculando y trazando nuevas trincheras de defensa en sus declaraciones. "Nadie podrá probar que Bárcenas no es inocente", declaraba en abril de 2009 el presidente del PP y a la sazón líder de la oposición tras conocerse la imputación del tesorero del partido en la trama Gürtel. Ya por entonces su tardía respuesta a la polémica molestó a una parte del partido, que reclamaba zanjar con actitud firme la relación con los sospechosos, entre los que se encontraban también el eurodiputado Gerardo Galeote. Desde el respaldo que le ofreció entonces al momento presente, Mariano Rajoy ha intentado distanciarse poco a poco respecto al que fuera su hombre de confianza en la medida en que se han ido conociendo los chanchullos que Bárcenas logró organizar, atesorando decenas de millones de euros de procedencia presuntamente ilícita en multitud de cuentas por todo el mundo y primando en los famosos sobres a determinados cargos. El apoyo ofrecido hasta prácticamente anteayer concluye de forma abrupta con la entrada en prisión del extesorero, un momento a partir del cual Bárcenas se convierte en "un preso" y "un delincuente" que "no conseguirá nada con su chantaje".Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA

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