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Los padres de Julen piden tres años y medio de prisión para el dueño de la finca donde cayó el niño

Los padres de Julen piden tres años y medio de prisión para el dueño de la finca donde cayó el niño

Lunes, 5 de agosto 2019, 14:09

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La acusación que representa a los padres insta a que se imponga una pena mayor de la pedida por el fiscal

La abogada que representa como acusación particular a los padres de Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo de gran profundidad y cuyo cuerpo fue rescatado 13 días después, ha solicitado tres años y medio de prisión para el dueño de la finca de Totalán (Málaga) donde murió el pequeño.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes judiciales, quienes han apuntado que esta acusación achaca al procesado un delito de homicidio por imprudencia grave, al igual que hizo la Fiscalía malagueña, que en sus conclusiones iniciales solicitó una pena de tres años de prisión para el único acusado en este caso, David Serrano, cuya defensa ha pedido el sobreseimiento.

La acusación que representa a los padres insta a que se imponga una pena mayor de la pedida por el fiscal y considera en su escrito que hay una “negligencia” en el dueño de la finca que es “extremadamente grave”, debiendo tenerse en cuenta tanto “la gravedad de la acción del acusado” como el resultado; así como su conducta, en la que entiende que existen “multitud de infracciones normativas”.

Esta parte insiste, según el escrito, en que se aprecia “una grave conducta omisiva negligente en el acusado, infringiéndose normas de mínimo cuidado con la creación de un previsible riesgo que se hubiera evitado adoptándose las mínimas medidas de seguridad previstas por la normativa”, citando el proyecto de ejecución, incluyendo un plan de seguridad.

Así, acusa a Serrano de haber “prescindido de la observancia de cualquier medida de seguridad”, recordando que la Junta de Andalucía le abrió expediente por infracción muy grave en materia de seguridad minera; e indica que no obtuvo los permisos administrativos para la construcción que realizó, y además, no advirtió o señalizó la presencia del pozo.

Asimismo, considera que existen unos resultados dañosos, como es el fallecimiento de Julén, “extremadamente graves”; y que hay una relación de causalidad entre esas consecuencias y la conducta del dueño de la finca.

Además, señala que no ha procedido a la reparación de dicho daño, no ha pedido perdón a la familia, “sino que se ha limitado a acusar al pocero, al equipo de rescate, a los padres, a fin de intentar evadir una responsabilidad clara”, según esta acusación, adelantada por Diario ‘SUR’, e “incrementando el daño” en los padres del pequeño, “acusándoles de no cuidar de su hijo”.

La letrada insiste en que fue “su falta total --del acusado-- de respeto por las normas de seguridad e incluso a la lógica elemental de advertir de la presencia de un peligro real y oculto a simple vista lo que ha desencadenado el fatal desenlace”.

La Fiscalía ya presentó su escrito de acusación, en el que pedía tres años de prisión e incidía en que el procesado “no había señalizado ni advertido” de la presencia de la prospección, insistiendo en que “era el único conocedor” de la existencia del pozo por el que cayó el pequeño, añadiendo que “los demás desconocían” la presencia del mismo ya que “apenas se veía”.

Asimismo, se pide que el acusado indemnice a los padres de Julen por la muerte de su hijo y, de igual modo, a la Junta de Andalucía en el valor de los daños y perjuicios causados que se determinen en la ejecución de la sentencia.

Los hechos sucedieron el 13 de enero de 2019 cuando el acusado fue junto con su pareja y su hija menor, así como con los padres de Julen y el pequeño a la finca. Cuando llegaron, el acusado aparcó en la explanada en la que había realizado una obra con una canalización o zanja en forma de ‘L’ con la finalidad de asentar un futuro muro, que pretendía construir y que, además, se dispuso a mostrar al padre del pequeño, desplazándose ambos por la finca e iniciándose las tareas necesarias para hacer la comida.

En un momento, el menor se metió en la zanja de canalización en forma de ‘L’ y “comoquiera que la misma favorecía su control, al ser de 50 centímetros de profundidad no se lo impidieron, caminando dentro de ella”. Julen se puso a correr por la misma, según el fiscal, y al ver que echaba a correr, la pareja del acusado comenzó a gritar el nombre del menor, reaccionando “de forma inmediata” el padre, corriendo ambos en dirección al niño.

Según el relato, al llegar a su extremo final “de forma repentina y sorprendente” desapareció de la vista, ya que “Julen se coló por la boca del pozo que se encontraba a ras del suelo de la zanja, “en el extremo final y sin tapar, precipitándose en su interior”. La boca del pozo era de 28 centímetros de diámetro, reduciéndose posteriormente hasta los 21-22 centímetros.

Tanto la pareja del acusado como los padres de Julen “desconocían” que estaban preparando la comida “a 17 metros de distancia de un pozo sin tapar; al igual que tampoco sabían que estaba el mismo al final de la zanja en forma de ‘L’ en el lado corto; y que Julen corría en dirección a la boca del mismo.

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