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E. P.
Madrid
Sábado, 2 de noviembre 2024, 11:09
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Arquitectos han señalado, en declaraciones a Europa Press, que la DANA en Valencia fue «inasumible» incluso si se hubieran implementado más medidas, pero han hecho varias propuestas para establecer «cortafuegos» al agua y así evitar inundaciones.
La tesorera del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE), María José Peñalver, ha señalado que una DANA como la de Valencia hubiera sido «inasumible» por muchas medidas que se hubieran adoptado. Aún así, ha indicado que las ciudades son hoy en día «impermeables» y que «impiden el ciclo natural del agua». Por ello, cuando llueve en una zona el territorio no «equilibra» la situación, sino que le hace «una alfombra roja impermeable» al agua que a lo largo de muchos kilómetros de recorrido coge cada vez más caudal y más velocidad.
La experta ha pedido una ordenación territorial donde, a esa escala, se proyecten y se adopten medidas que hagan como «cortafuegos» al agua, como pantanos o estanques artificiales. Además, ha sugerido aceras drenantes para espacios públicos, parterres inundables para urbanizaciones o azoteas con vegetales.
Peñalver, que es también decana del Colegio de Arquitectos de Murcia, ha recordado que en 2019 la región tuvo tres inundaciones en cuatro meses. Al respecto, ha comentado que, entre otras cuestiones, se está ejecutando un «cinturón» que para el agua y evita que llegue al mar y que, asimismo, se han dado directrices sobre cómo rotular los terrenos para que el agua no tuviera el camino directo al mar, sino que fuera paralelo a la línea de costa, de tal manera que se redistribuyera. «Hay muchísimas soluciones para esto», ha explicado.
Por su parte, Juan López-Asiain Martínez, del Gabinete Técnico en Consejo General de la Arquitectura Técnica de España, ha admitido que lo que ha ocurrido es algo «completamente extraordinario» y ha recalcado que «es difícil estar preparado para algo anormal y singular».
Aún así, ha señalado que muchas ciudades europeas están cerca de ríos y en zonas inundables por razones históricas y prácticas. Para mitigar estos efectos, considera que se puede desviar los cauces fuera de las ciudades o elevar los elementos de protección.
En lo que respecta a los edificios, ha señalado que los construidos en los últimos cuarenta años aguantarían «sin ningún problema» un fenómeno extraordinario de este estilo. Sin embargo, ha pedido mantener las inspecciones a los que datan de más atrás en el tiempo para, en la medida de lo posible, paliar los daños que puedan sufrir por este tipo de fenómenos.
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