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La solidaria prejubilación de Marisol: de Tanzania a las madres solteras

La solidaria prejubilación de Marisol: de Tanzania a las madres solteras

Fue una de las principales impulsoras para que la Obra Social se instalara en Salamanca

A.B.

Martes, 8 de enero 2019, 19:25

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La prejubilación tiene dos vías habituales: los que la aprovechan para descansar tras años de merecido trabajo y los que optan por afrontar los retos que nunca les permitió el tiempo durante su vida activa. Este fue el camino que eligió Marisol Caballero. Ya mientras trabajaba en La Caixa fue de las principales impulsoras para que la Obra Social se instalara en Salamanca y empezó a colaborar con el centro ‘Ave María’ de madres solteras en la que participa la fundación de la entidad bancaria. A sus 58 años es una parte imprescindible de varias organizaciones por sus actividades altruistas.“No sabes a la hora que entras, ni a la que sales. Aunque voy para ayudar en las manualidades, realizas las gestiones de cada momento porque hay muchas historias dramáticas de niñas que han tenido vidas muy difíciles, en muchos casos con familias desestructuradas”, detalla sobre su labor en el centro que dirige Chari Álvarez en Santa Marta.Reconoce que, a pesar de que el primer contacto siempre es distante con las nuevas madres, “acaban formando parte de mi familia”. “No dejan de ser niñas y ya son mamás”, asegura sobre la realidad diaria que se vive en las instalaciones que surgieron con la finalidad de dar acogida a mujeres gestantes o madres con hijos de entre 0 y 4 años que por diversas razones, se encuentran en especial dificultad y en riesgo de exclusión social.Tras ser una pieza importante en el centro ‘Ave María’ decidió ampliar sus miras e implicarse en el proyecto que la salmantina María Carpio tiene abierto en Tanzania para dar educación a los más pequeños de la tribu Masai. “Es la pobreza más absoluta y están en medio de mi corazón. He estado en dos etapas y haces todo desde estar con las viudas, jugar y aprender con los niños, curar pequeñas heridas, decorar el colegio, pintar y hacer la comida”, describe sobre algunas de las actividades que ha realizado junto a ellos.Quizás una de las anécdotas que más pueden explicar el carácter de Marisol es su tenacidad. Tras partirse la rótula tuvo la pierna inmovilizada durante seis meses sin poder salir de casa. Nada más que le dieron el alta y pudo volver a realizar vida normal cogió un billete de avión para volver a Tanzania. “Los niños —explica— tienen una alegría natural, que va desde cualquier juego a cómo comparten su pequeña galleta”.Su labor en el centro ‘Ave María’ la resume en la experiencia que vivió con una de las primeras jóvenes con las que convivió. “Ella lo pasó muy mal porque tuvo dos niños muy seguidos. Hoy en día es una madre fabulosa y es amiga de mis hijas”, explica así como otros recuerdos que le marcaron para siempre como una madre que le pidió que fuera su madrina en el bautizo de su hijo. Aún así, reconoce que también hay sinsabores de madres a las que se “pierde la pista”.“Lo haces con ilusión, pero cuando las cosas no te salen también te llevas tus disgustos y tus lágrimas”, subraya. Junto a la labor que realiza en el centro ‘Ave María’ y en el proyecto de Tanzania durante los meses de verano, también colaboraba en las recogidas que organiza el Banco de Alimentos, carreras solidarias y apoyo a todo tipo de asociaciones. “No requiere valentía, yo necesito de ellos, más que ellos de mí”, concluye.Las escaleras más singulares de SalamancaFallece el catedrático de Física Teórica Jesús MartínEl 'frío polar' sigue en Salamanca. Sin alerta amarilla, pero con temperaturas bajo cero

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