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Miércoles, 9 de enero 2019, 12:58
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Decenas de rocas de grandes dimensiones e incluso árboles fueron arrancados por el temporal de agua y viento de una de las escarpadas laderas en las que se esconde la presa de Aldeadávila, colosal obra de ingeniería hidroeléctrica. El derrumbe cayó sobre la carretera de acceso al ´mirador de Iberdrola´, que se ha convertido en un valioso referente turístico. Sus panorámicas únicas que quitan el aliento, ya que los dos miradores construidos están ubicados justo encima de la presa, se han convertido en las imágenes de moda que proporcionan a Las Arribes una eficaz promoción. Las vistas son magníficas todo el año, con los matices propios de cada estación, si bien el desembalse de la presa supone uno de los principales acontecimientos que revoluciona la afluencia de vecinos y visitantes, que, sin embargo, este lunes no pudieron subir con sus vehículos por el desprendimiento sobre la carretera de acceso ubicada tras pasar el poblado de Iberdrola, ubicado cerca del núcleo urbano de Aldeadávila. El corte de la vía estaba totalmente justificado, ya que las piedras y árboles desprendidas bloqueaban por completo el paso. Además, la escorrentía en la que se produjo el derrumbe, formada por el descenso del agua tras las copiosas precipitaciones, añadió a la calzada un barrizal que acabó extendiéndose por la carretera, ladera abajo. La compañía eléctrica ya está trabajando para poder desbloquear lo antes posible la vía, que también es utilizada por los empleados.
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