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La historia de la primera estación de lavado de coches que llegó a Salamanca

La historia de la primera estación de lavado de coches que llegó a Salamanca

La primera estación automática de engrase y lavado de Salamanca estuvo en el paseo de Canalejas y su impulsor fue Mauricio Lorenzo García

Miércoles, 13 de febrero 2019, 20:02

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A finales de 1934 Salamanca dio un paso hacia la modernidad: el 10 de diciembre estrena una estación automática de engrase y lavado. Mereció amplio reportaje en la última de este diario con amplio texto firmado por J.Juanes y tres fotografías de Buxaderas. No era una estación cualquiera, sino que estaba "montada con arreglo a las más modernísimas normas en esta clase de industrias en el antiguo Garage Madrid-Lisboa, Paseo de Canalejas número 29".El dueño de aquella industria que revolucionó el arreglo y mantenimiento del automóvil salmantino era don Mauricio Lorenzo García. Años atrás era posible verle en el garaje Reina Victoria, después en el de San Isidro y en casa de don Agustín Sánchez Manzanera, como mecánico. Y fruto de su profesión viajaba mucho por España, lo que le sirvió para conocer la importancia de las estaciones automáticas de engrase, que finalmente llevó a cabo en Salamanca. Todo eran elogios hacia Lorenzo García: atento, trabajador, preocupado por las novedades del automóvil y su mecánica, y emprendedor.La histórica industria fue montada en su totalidad por Casa Auto Accesorios Harry Welker, de Barcelona, que desplazó a Salamanca a su mejor personal, como el experto montador Manuel Bonet, que instaló en el centro del taller un gran elevador marca "Globe" capaz de levantar seis mil kilos, por tanto podía de sobra, por ejemplo, con cualquier ómnibus de la época. Con ello se evitaban los antiguos fosos "incómodos, inseguros y de escaso rendimiento práctico", según el autor del texto. El elevador era plenamente seguro, añade, gracias a unos dispositivos especiales.El taller contaba con "modernos aparatos eléctricos para el total lavado y limpieza de los coches" además de una pistola "Reinhold" para engrase capaz de engrasar con una gran presión, y de otra "Imperial", que petroleaba las ballestas superando las dificultades manuales de la época. Las bujías también se limpiaban con precisión gracias a un aparato especial marca "A.C.", "que limpia y repasa las bujías del coche en el escaso tiempo de diez minutos". Para la caja de cambios, una "bomba x-cubo", para las ruedas, un poste "Furia" y para que la chapa reluciera, una pistola "Imperial".Todas estas operaciones llevarían mucho tiempo realizadas manualmente. Con el nuevo taller, ¡quince minutos". Un cuarto de hora que elevaría la seguridad, porque "sabido es que la mayoría de los accidentes que ocurren a los coches tienen su origen en un engrase imperfecto".El reportaje finalizaba con elogios al propietario y su admirable organización "sistema americano de la Casa" señalando que al frente de la misma estaba Jacinto García, y que el número de teléfono para cualquier duda era el 2225.Otro revés judicial al nuevo concurso de traslados de la JuntaSe cumplen 20 años del debut de Solari en la Liga en el HelmánticoEl fin de la peligrosa rotonda de Buenos Aires tendrá que esperar

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