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ALEJANDRO SEGALÁS
Miércoles, 9 de enero 2019, 13:41
Piense un sitio donde sea muy difícil llegar. El helicóptero de Sacyl en Salamanca accede de un modo u otro y acaba rescatándole. Esta aeronave es una de las tres con las que cuenta la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León junto a la que está en Astorga (León) y Burgos. Las tres ´UVIs´ voladoras se reparten el territorio castellano y leonés para acudir a socorrer a los pacientes más complicados. "En cada salida cambia todo. El ambiente es hostil ya que la orografía del terreno, las inclemencias climatológicas o el estado del paciente ponen muchas dificultades", explica a este diario el piloto Luis Gómez Gandullo, mientras que el médico que le acompaña surcando las nubes en busca de pacientes, Francisco Javier Luis, añade que "hay que hacer todo muy rápido y bien. No valen las dudas".Trabajan de salida a puesta de sol (no pueden volar por la noche) y en cuanto reciben una llamada se activa un mecanismo de protocolos limados para ganar tiempo y eficacia a partes iguales. Llaman de la central de avisos con información previa como la localización y estado del paciente. La media del tiempo de activación fue en 2015 de solo 4 minutos y 22 segundos. Por el camino siguen recibiendo información del estado de los heridos y de la ubicación más exacta. Si el lugar es muy recóndito en una zona rural la Guardia Civil, también avisada, comienza a preparar el terreno para el aterrizaje. "Solemos aterrizar justo al lado del herido, a unos cinco metros", explica Gómez Gandullo. Lo primero que se hace es estabilizar al paciente y después se produce la evacuación. "Todo lo que tiene una UVI de un Hospital lo tenemos en el helicóptero por lo que tras estabilizar al paciente desde el punto de vista de la respiración y la hemodinámica ya podemos viajar", remarca Luis. Una vez se inicia la evacuación el tipo de paciente marca el modo de vuelo. Los que tienen problemas respiratorios o de neumotórax (colapso pulmonar) vuelan a baja altura para facilitar el viaje mientras que el resto suele volar a una altura media.El equipo de cuatro que atendió a este diario (Francisco Javier Luis, Luis Gómez Gandullo, el copiloto Alejandro Cotter y el enfermero Roberto Martín) reconocía orgulloso que en los últimos diez años volando no habían transportado a nadie que hubiera muerto en pleno vuelo, aunque sí matizaban que no todos los que dejan en los hospitales acaban superando el trance. El helicóptero de Sacyl con base en Salamanca sumó en 2015 un total de 533 intervenciones, repartidas de la siguiente forma. En Ávila se dieron 192, León (3), Palencia (1), Salamanca (208), Segovia (60), Soria (1), Valladolid (22) y Zamora (46). Traumatismos, intoxicaciones y problemas respiratorios, son las principales atenciones.Ya sea en un accidente alpino en una montaña escarpada o en un sendero donde se ha caído un cazador o un accidente de coche, que si la situación lo requiere, el herido comenzará a ver la luz cuando las alas del pájaro de Sacyl se acerquen. Estés donde estés, ellos llegan volando.
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