Bernardo Dorado

Preparémonos para las emociones fuertes con las que comienza noviembre. Por un lado, las encuestas que dan a Podemos victorias en citas electorales para las que aún quedan muchos meses. Por otro, esa consulta catalana de la "Señorita Pepis" del domingo. Y entre medias, aquí, es posible que sepamos algo más de Bernardo Dorado, autor del "Compendio histórico de la ciudad de Salamanca" publicado en 1776 y reeditado en 1985 en la histórica Europa Artes Gráficas. En su introducción, el profesor Fernando Jiménez elogia la precisión, la búsqueda de fuentes, el trabajo extraordinario de Dorado, del que sabemos poco, poquísimo, apenas que era cura de la Mata de Armuña y porque él nos lo dice. De su talento salió esta obra imprescindible en cualquier biblioteca salmantina y localizable, aún, por ejemplo en la Feria del Libro Antiguo gracias a alguna biblioteca particular desguazada por la crisis, la necesidad de espacio o dinero, o el fallecimiento de su propietario. Detrás de un libro antiguo, usado, hay mucha historia e imaginarla o reconstruirla es uno de los encantos de los aficionados a las librerías de lance. El gran Fernando Jiménez, uno de los grandes conocedores de Torres Villarroel, nos asegura que el cura echó más de veinte años en la elaboración del "Compendio". Sin internet ni ordenador. Tan poco sabemos de Dorado que Enrique Esperabé de Arteaga no lo incluyó en su "Diccionario enciclopédico ilustrado y crítico" e Ignacio Carnero en su "Callejero histórico salmantino" da noticia de que pudo nacer hacia 1710 y que murió el 26 de marzo de 1778 en La Mata de la Armuña. Nació en Salamanca y fue bautizado en San Julián. Hasta el 31 de julio de 1992 no tuvo calle en Salamanca a pesar de lo extraordinario de su obra. Es con Gil González, Fernando Araujo y Villar y Macías uno de los historiadores de referencia. Hoy, su obra quedó superada por la editada por el Centro de Estudios Salmantinos, pero continúa teniendo encanto y mérito. Quizás el manuscrito de Dorado que hoy se presenta en la Feria del Libro adquirido por Ayuntamiento, Diputación y Universidad de Salamanca pueda iluminarnos algo más sobre esta figura histórica salmantina que tanta luz sigue arrojándonos sobre nuestra ciudad.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA