Pablo Urdangarín ni confirma ni desmiente que su madre se haya comprado una casa en Barcelona
Se prevé que sea él el que se instale en el domicilio, teniendo en cuenta que está triunfando en el Fraikin BM Granollers de Balonmano
E. P.
Madrid
Miércoles, 23 de octubre 2024, 10:52
Confirmando que su intención es pasar cada vez más tiempo en España, aunque, en ningún caso, signifique que vaya a abandonar Ginebra porque, en la ciudad suiza, está feliz, la infanta Cristina se ha comprado un piso en Barcelona.
Tal y como revela la revista 'Lecturas', la hermana del Rey Felipe VI ha decidido invertir sus ahorros -además de pedir una hipoteca a la entidad bancaria en la que trabaja- y ha adquirido un apartamento de aproximadamente 300 metros cuadrados en el barrio de Pedralbes, casualmente en el mismo edificio en el que vivió sus primeros años de matrimonio con Iñaki Urdangarín, y en el que nacieron sus cuatro hijos.
Un refugio en el que quedarse cada vez que visita la ciudad condal, que está decorando a su gusto y en el que se instalará su hijo Pablo Urdangarín, que reside en Barcelona desde hace cuatro años y está triunfando en el Fraikin BM Granollers de Balonmano, en cuanto esté listo.
Coincidiendo con la publicación de esta información, el nieto del Rey Juan Carlos ha reaparecido cumpliendo uno de sus compromisos deportivos. Un partido en el que, una vez más, fue determinante para su equipo y en el que,en esta ocasión, no contó con el apoyo de la infanta Cristina, ni ningún otro miembro de su familia, aunque sí con el de Johanna Zott, que se ha convertido en la mayor fan de su novio.
Acompañada por su madre y por su hermana, la joven catalana que ocupa el corazón de Pablo desde hace casi dos años lució la camiseta del Granollers y animó sin descanso al primo de la Princesa Leonor, vibrando con cada punto entusiasmada.
Una vez terminado el encuentro, y tras comentar alguna de las jugadas y de despedirse cariñosamente de Johanna y de su familia en las gradas -confirmando que su relación atraviesa por su mejor momento-, Pablo abandonaba el pabellón en solitario conduciendo su propio coche, sin confirmar ni desmentir si su madre se ha comprado un piso en Barcelona y que será donde él resida dentro de muy poco.
El sobrino de Felipe VI, siempre amable con la prensa, ha preferido, en esta ocasión, no detener su vehículo y guardar silencio sobre la inversión inmobiliaria que ha hecho Doña Cristina para tener su propio refugio en la ciudad condal.
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