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Luisa Paz, alcaldesa del Ayuntamiento de Vitigudino. CASAMAR
Un año de templanza en Vitigudino

Un año de templanza en Vitigudino

Un trabajo en favor del pueblo entre gobierno y oposición, y que sea percibido como tal, atrae a empresas e inversores que en esta zona es una cuestión de supervivencia

Miércoles, 12 de agosto 2020, 15:42

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Vitigudino no es una plaza fácil para hacer política. La historia reciente lo demuestra y la hemeroteca ofrece literatura repetitiva de esa historia. Por eso la alcaldía es de las que templa a los hombres; y en este caso a una mujer: Luisa de Paz, la primera mujer alcaldesa de Vitigudino.

Tiene que haber siempre una oposición con vocación de gobernar, es imprescindible su papel como contrapeso y esperanza de continuidad para los vecinos. La buena oposición no es la que busca poner palos en la rueda o frenar proyectos municipales, sino la que propone alternativas y llega a acuerdos, mejorando las decisiones del equipo de gobierno. Un trabajo en favor del pueblo entre gobierno y oposición, y que sea percibido como tal, atrae a empresas e inversores que en esta zona es una cuestión de supervivencia. La bronca política constante no hace un pueblo mejor, sino que le dibuja una imagen negativa ante los demás.

No cabe duda de que la presidencia del Ayuntamiento de Vitigudino forja la personalidad política del que la ejerce y es por eso una magnífica preparación para responsabilidades mayores. La política local a la que se llega con relativa facilidad, y más con la cantidad de partidos que proliferan, es cuna de grandes figuras política futuras. Pero también es destino de lo mediocre. Se vive la democracia tan directamente que al menos para el observador se ve a los héroes y a los villanos de la democracia de manera tan directa que asusta lo descarnado de esta forma de gobierno, tan necesitada de cuidados. Es lo que tiene la democracia que si no se cuida entre gobierno y oposición en seguida se pudre.

En la memoria del electorado queda más de lo que los mismos políticos locales creen, o más que lo que quisieran, entre otras cosas porque hay oficios que se dedican a observar y contar lo que vemos. Y las elecciones no son el resultado de la algarada de la campaña sino del día a día. Y de la actuación personal de cada una de las personas que se presentan en las llistas.

Pues en Vitigudino, como siempre necesitado de apuestas por la inversión, hay una oposición en guerra abierta contra el equipo de gobierno, también como casi siempre. Pero en esta legislatura de manera más radical. Decenas de escritos presentados por registro semanalmente, a veces diariamente, solicitando una miscelánea de cosas, varios procedimientos judiciales presentados contra decisiones tomadas por la Corporación. Pero pocas propuestas en positivo. Incluso en una situación como la de la Covid 19, tan excepcional y tan necesitada del concurso de todos, la oposición es remisa a hacer Plenos telemáticos aludiendo a que no tienen medios, cuando el legislador ha instaurando la Administración Electrónica.

Son los grandes partidos nacionales los que hacen las listas y son los que luego deben premiar o corregir a sus concejales en su actuación diaria cuando sea necesario. Cada vez hay menos gente que quiera dedicar unos años a servir a su pueblo. Entre otras cosas porque a veces los partidos no se toman en serio la tensión que en un pueblo se puede generar a través de la política. A veces vale todo y vale cualquiera.

Debe ser un imperativo para todos cuidar la democracia pero más aun la que se ejerce en esos pueblos, lejos de tantas cosas. El pueblo no se equivoca y se expresa en las urnas como quiere, pero a veces algunos de los elegidos tienen que hacer de héroes para gobernar y aguantar toda clase de situaciones mientras que otros solo aportan tensión que se traslada con mucha más facilidad que un trabajo serio.

Quizá sea una reflexión colectiva pero es claro que la democracia necesita siempre y sobre todo en la política local una oposición que se tome en serio el papel de formular propuestas, alternativas, llegar a acuerdos y facilitar en la medida de lo posible la difícil tarea de gobernar. Y más en una situación como la actual en la que incluso se han tenido que suspender hasta las fiestas de los pueblos sin saber si es este será el último sacrificio.

Un año de templanza sin lugar a dudas, para Luisa de Paz en el Ayuntamiento de Vitigudino, que desde primera hora del día ya está en su despacho trabajando. Decidida exigir las buenas formas y a que todos trabajen por el pueblo. También en estas zonas despobladas de nuestro país hay que cuidar a la gente que cuida de nuestra forma de gobierno que es una forma perecedera si no se la conserva en óptimas condiciones. E igualmente no desaprovechar ninguna ocasión para recordar que esa forma de gobierno depende de todos los que componen las Corporaciones Municipales, sean gobierno u oposición.

Contenido patrocinado por el Ayuntamiento de Vitigudino

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