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Imagen de la nueva planta de CUPERAL en Vitigudino, que ofrece instalaciones de última tecnología.
El porcino va siempre por delante

El porcino va siempre por delante

Cuperal, empresa destacada en la elaboración de piensos, ha apostado por el modelo de los contratos de integración, ya que reparten mejor los riesgos y los objetivos

Viernes, 11 de septiembre 2020, 15:16

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La transformación del sector primario ha sido tan profunda que hemos asistido a una reconversión silenciosa de las empresas agroganaderas, que se han dimensionado en un proceso que no sólo no para, sino que se acelera. Cada vez las explotaciones se hacen más grandes y se especializan más. Y los profesionales atienden a más exigencias en el proceso de producción.

En concreto, es de verdadero interés observar que dentro del sector primario hay actividades que no tienen subvención de la Política Agraria Comunitaria. Y son precisamente en esas actividades que no obtienen subvención, como el porcino, en las que el sector se profesionaliza mucho más. Es decir, la ausencia de subvención ha provocado que el sector del porcino sea mucho más profesional porque se ha visto obligado a perfeccionar más el proceso de producción. No es casualidad que sea el porcino el que empieza a utilizar los contratos de integración. Por tanto dentro del sector observamos que existen también diferencias y no cabe duda que el porcino ha ido por delante en muchas ocasiones.

Narciso Crespo, presidente de CUPERAL ve que el sector se ha profesionalizado a lo largo de los años: “Nada tienen que ver las explotaciones de hace 30 años con las de ahora. Y tampoco los ganaderos que se ocupan de ellas. Ni la relación con la Administración ni las exigencias en el manejo y control del ganado. Es un sector en constante cambio.” El porcino ha ido más allá en la investigación de nuevas formas para sacar la mayor rentabilidad a su negocio. Se está generalizando los contratos de integración que supone un reparto de tareas a la hora de producir carne. Se produce una división del trabajo para hacerlo mejor. Cada uno hace una cosa pero con una exigencia muy alta.

A pesar de que hay varias formas de integración, en general el integrador es una persona que conoce los mercados de la carne perfectamente. Como dueño de los animales elige un cebadero de un profesional ganadero. El cebadero tiene que tener unas condiciones óptimas aprobadas por el integrador. Además tiene que ser de verdad un profesional a la hora de cuidar a los animales destinados al cebo y que cojan la carne a lo largo de los meses. Y por último hay que elegir bien la formula de pienso para que esos animales repongan la carne necesaria. Siendo además el porcino muy sensible a la alimentación de alta calidad.

Es la relación de todos estos profesionales la que hay que regular muy bien con contratos prolijos destinados a la vigilancia entre unos y otros, con controles a lo largo de todo el proceso. Son varios los profesionales que deben intervenir para culminar con éxito la integración.

“Las integraciones son el futuro y una de las razones para hacer la inversión en la planta de Vitigudino, que es de última tecnología”

Según Narciso Crespo: “Las integraciones son el futuro y una de las razones para hacer la inversión en la planta de Vitigudino. Una planta de última tecnología nos permite ser más competitivos en precio y obtener una calidad mayor en cualquier fórmula. Y esto es fundamental para poder estar en las integraciones. Cada participe en una integración tiene que ser el mejor. Y nosotros queremos ser el mejor en lo nuestro para impulsar las integraciones.”

Narciso Crespco, presidente de CUPERAL, en uno de los Foros de LA GACETA.
Narciso Crespco, presidente de CUPERAL, en uno de los Foros de LA GACETA.

Lo cierto es que CUPERAL ha iniciado un camino con este modelo que acabará generalizándose porque reparte mejor los riesgos y los objetivos. Y teniendo en cuenta que la mayor rentabilidad se encuentra en tener el cebadero cerca de la planta de producción, se está estudiando varias posibilidades de estudiar cebaderos en la zona y ganaderos dispuestos a trabajar en integración. Si cada uno se especializa en hacer una cosa pero con un criterio de excelencia se obtienen unas carnes inmejorables destinados a los mercados más exigentes. Y eso se nota en el precio que repercute en todos los intervinientes.

En definitiva cuando lo que falta es la iniciativa y las gentes que quieren llevarlas adelante surge un territorio vacío. Cuando se emprende y se mejora el vacío se llena. Narciso Crespo ha demostrado iniciativa y ganas de mejorar esta zona para llenar el vacío. Y seguramente provocará mejores ganaderos y mejores prácticas en sus explotaciones. Y eso arrastrará a otras empresas. Y estas a otras. No es cuestión de llorar ni de hacer milagros. Es cuestión de trabajar por una zona que ofrece grandes oportunidades.

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