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Havy veces que alguien tiene un talento dentro y no lo sabe y hay que decirle que sí vale. Al salmantino Diego Ruiz García le ha sucedido esto en los últimos meses. El 27 y 28 de marzo se celebraba en Toledo el Campeonato de España de Promesas Paraolímpicas de Atletismo. Un mes antes el entrenador José María Cordero, del VelSalamanca, club en el que entrena Diego, le dijo a su discípulo y a su padre, Pepe Ruiz de las Heras, que tenía marcas para ir al Nacional.
Padre e hijo al principio recibieron la información con sorpresa pero decidieron hacer toda la documentación para inscribirse por el hecho de vivir la experiencia de un campeonato de España. Sin más pretensiones. Pues, Diego Ruiz se trajo a Salamanca dos medallas de oro al imponerse en 100 y 300 ml sub 16 en el Nacional de Toledo. Es más, Diego Ruiz corrió en el campeonato de España con toda la documentación en regla pero con la ficha en proceso de tramitación “por las prisas”.
Diego, que estudia 3º de ESO en Maristas y al que le apasiona la informática, en especial la programación, tiene una retinosis pigmentaría congénita. “Le notamos esta discapacidad visual cuando tenía tres ó cuatro meses y fue ya a los 4 años cuando pudimos gracias a la ONCE y después de gastos y ayuda de amigos, como el oftalmólogo salmantino José María Barahona, como pudimos hacer el mapa genético de Diego y saber qué era lo que tenía. Desde entonces hasta hoy disfrutamos de un crack de la informática y de la programación al que le gusta correr”, relata el padre de Diego, Pepe Ruiz de las Heras.
Este doble campeón de España reconoce que no esperaba tan buenos resultados en su precipitado debut en competición nacional. “Llevo haciendo atletismo desde 3º de Primaria. Estuve en escolares y en provinciales pero nunca me había planteado ir a torneo paraolímpicos y similares. Mi entrenador José María nos dijo que tenía buenas marcar y si nos planteábamos ir. Fuimos y gané en 100 y 300 ml.”, indica Diego Ruiz, que
“La discapacidad visual de Diego es como si una persona viera a través de una lata de asar castañas con los agujeros. Algo parecido”, matiza su padre, el mismo que ha visto una gran evolución en su modo de correr. “Cuando comenzó corría con la cabeza de lado pero José María Cordero le ha ido corrigiendo esa postura y la aerodinámica. Ha mejorado mucho. Estuve tres años trabajando fuera y cuando le volví a ver correr había dado un gran cambio con mucha zancada y con una buena posición”, describe Pepe Ruiz de las Heras.
Diego es afiliado de la ONCE que es la única institución que de verdad le ha ayudado estos años, remarca su padre, que explica esperanzado que están en un proyecto de investigación de la Universidad de Stanford, el Moorfield Eye Hospital de Londres y la Fundación Jiménez Díaz que estudian “una súper innovadora terapia de ingeniería genética”.
Diego Ruiz desde hace tiempo decidió que la discapacidad si se pone por delante se la salta, pero como le gustan más las pruebas de velocidad que los de obstáculos, pues ha decidido adelantarla por la derecha.
Supera retos a toda velocidad.
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